martes, agosto 28, 2012

Uno menos uno



¿Qué fue de mi ingenuidad emocional? Pasan los años y la realidad me obliga a cuestionar mi idealismo romántico. Las nulas experiencias, la toxicidad del corazón y la crisis del mercado merman cualquier esperanza de encontrar un amor real, digno del preciado color azul. Si sumo testimonios, palabras, circunstancias de parejas cercanas me distancio con temor del túnel de las relaciones. No acabo de ver la luz al final de su recorrido y no será por ganas. La incomunicación que tanto mal está haciendo a nuestra sociedad se ha apoderado por completo del mundo de los ‘enamorados’. Silencios, mentiras, cuentos, manipulaciones varias no deben entrar en el juego del querer. No es por caer en el pesimismo, pero no quedan muchas personas que te miren a los ojos y aspiren a perderse en la noria de los días. Prefiero asumir este tremendismo que coleccionar cromos de amantes pasajeros, prestidigitadores de la emoción fugaz, de piel a piel. Y luego la nada. El adiós o ni eso. Devoramos la frivolidad, cultivamos los cuerpos como lechugas, rebosantes de hojas pero manchadas de tierra. Hay que filtrar y depurar cualquier ingesta pseudoamorosa. Porque corazón solo hay uno y no es de piedra. El museo de los que se besan regala muestras insólitas cada día. Pares dispares, otros no tanto, de película. Todos sirven para accionar el mecanismo fantástico de la ensoñación. Del tú y yo por escribir. Por conocernos. Por fusionar horizontes, lunas y plurales. Si existes, razón aquí.  

lunes, agosto 20, 2012

Código AMOR



Abrió los ojos. Habían pasado diez años. Para ella fue solo un instante. Pero algo había cambiado. Todo. La película de su vida se aceleró hasta llegar a ese momento. No entendía qué hacía allí, en aquella cama incómoda, protagonista de una habitación insípida. Quiso abrir su mirada con un parpadeo ansioso. Hasta que lo vio. Él. Dos letras que tanto habían inquietado sus días. Notó el paso del tiempo en su rostro. Las preguntas querían abrirse paso entre respuestas, pero seguía entubada. Presa del destino. Entonces el fantasma de la irrealidad se acercó a su rostro y sintió la compasión, la misma que siempre había rechazado. Quería sentirse única, especial, deseada. Y siempre resultaba minimizada por su sentimiento. Ese querer inmenso la aprisionaba frente a sus silencios y a tantos miedos. Una secuencia de película que se la antojaba indigna. ¿Después del sufrimiento queda más sufrir? Pasaron las horas y la verdad siguió dilatándose. La culpa se fundió con un sentir dormido. Ella siempre había descubierto sus cartas mientras él temía no estar a la altura de la partida. Aquella noche pensaba abrir su músculo cardiaco, impulsado por los besos al aire, cansado de los bandazos de amor no correspondiente. Y pasó. El golpe, los nervios, sonido de ambulancias, las dudas… y el tiempo. Así no te quiero. Frase de duelo y rencor. Rechazaba la posibilidad de un amor en circunstancias. De rebote. La cobardía pudo con él. Ella naufragó frente a la verdad. ¿Por qué el amor huye? ¿Por qué los latidos no se descodifican fácilmente? 

sábado, agosto 11, 2012

Objetivo Coherencia



Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. Definición académica de tal cosa, la coherencia, que en sus manifestaciones comunes queda deshinchada. Quizá por nuestra falta de constancia o valor para afrontar circunstancias, palabras, dramas o miradas. Nuestra cobardía frente a la realidad rebaja cualquier intento de resultar coherentes. Vendemos humo y nos reducimos a cenizas. Resultamos una gran mentira, una estafa para nosotros mismos. Traicionamos nuestro discurso, nuestros sentimientos y nuestro proyecto de vida muchas veces por una suma de sinsentidos que después arrastramos. Ahí coherencia cero. Necesitamos el coraje de afrontar los días con decisión, escuchando nuestras necesidades y plasmando eso en nuestra hoja de ruta. Por desgracia las circunstancias y el eje del mal pesan mucho y siempre acaban condicionando nuestra esencia. Basta ya de plegarnos a lo políticamente correcto, si es que hay corrección en cualquier término vinculado al hecho político, aunque sea una pura expresión. Aquí estamos nosotros y el universo de posibilidades con el hoy como horizonte. La opción de escribir nuestro destino no podemos dejarla en manos ajenas. Así boicoteamos nuestro yo, el eje que debe guiar nuestros pasos. Cuando nos plegamos y relegamos a un baúl de objetos perdidos los perdidos somos nosotros. Encontremos el sentido a la coherencia que empieza en uno mismo y luego tendremos las claves prácticas para extenderla a los otros. Si la red coherente se extiende seremos todos mucho más proactivos, eficaces, auténticos y, finalmente, felices.  

sábado, agosto 04, 2012

Desfrasado



En la virtud de la soledad encuentro mi refugio.

Conservo fotogramas de vida al tiempo que colecciono susurros. 

Alimento el idealismo porque pienso que no todo es lo mismo.

Camino desafiando mi mañana con la respiración entrecortada. 

Si giro en la esquina un quizás bastará para sanarme. 

Hablo, grito, callo multiplicando la sintaxis de lo cotidiano. 

Rechazo a los hijos de la gran fruta, víctimas de la putrefacción. Caducad, malditos. 

Entender no es aceptar sin excusas.

Córtame las etiquetas o la lío como Amancio. 

Mi corazón late porque tiene tela. Deshilachada, pero la tiene. 

Hay amigos que se prefijan en negativo cuando te vas al baño. 

Más vale onanismo emocional que autoritarismo placentero. 

Vuelvo sobre los pasos de mi pasado para saber quién soy. 

Tengo un máster en decepciones y sumo sonrisas falsas proporcionalmente. 

Encuentro la emoción en cada tecla. Mi terapia. Gracias.