Mamá eres mi todo, pero me vas a permitir que hoy explique
al mundo que mi padre también lo es. Sabes que con él me ‘entiendo’ menos, que
no trasnochamos hasta la tantas de la mañana charlando, que nunca pudo estar a
mi lado cuando la vida, demasiadas veces, me dio ese revés del que es mejor no
hablar. Tú, en cambio, sí. Eres mi heroína, mi droga sana. Creo que lo somos
mutuamente y eso no es bueno. Tanto que te riño y pido espacio, porque necesito
crecer, dejar de ser tu niño grande y convertirme en el hombre que siempre
soñé. Ese que espera encontrar (o que le encuentre) otro hombre para formar una
familia tan bonita como la nuestra.
Mamá eres nuestro faro, ese que los dos escuchamos en la
radio con Mara Torres, porque también podrías apellidarte torre(s). Repito, lo
eres todo para tus tres hijos y tantos familiares que te necesitan, admiran y
quieren incondicionalmente. Siempre soñé con ser presentador de televisión y
eventos, como dos amigos que todo el mundo conoce y dicen que son mis enemigos.
La vida está del revés. No la complíquenos, por favor. Pero me pierdo porque
hablaba de esa vocación que tuve desde niño, cuando quería ser uno más dentro
de la caja tonta. Gracias a un ángel con nombre de flor lo conseguí y desde
entonces puedo decir que moriría tranquilo, pero no quiero perderme años a
vuestro lado. Ahora menos que soy tío y tenemos una bebé que nos ilumina los
días.
Mamá, te escribiría una carta infinita, pero la gente en
esta realidad ha olvidado qué importante son las palabras, comunicarse, sentir
de verdad… Dan demasiada importancia al físico, lo superficial, los filtros, lo
absurdo. Y ya acabo, agradeciéndote la lección más importante que me has
regalado sin envoltorio. No es más rico quien más tiene, sino quien menos
necesita. Vale, sabes que te necesito mucho. En realidad, a toda la gente que
quiero, pero prometo intentar ser menos pesado e intenso. Hoy es por la fecha
señalada, bla, bla… ¡Nos Quiero!
El Y ojalá fueras eterna al lado de papá para seguir dándome un ejemplo de amor auténtico. Hoy no existe nada de eso y yo me enfado. Sabes que pierdo la cabeza por personas que no me quieren bien. Mi vida da para un libro y, por suerte, ya lo tengo escrito. ¡Feliz Día a todas mis Madres y a las que no lo son! Y a esos hombres o mujeres que están detrás de ellas, porque si hay algo que se cumple siempre es que detrás de una madraza, hay un gran corazón. Es el lenguaje de los latidos que yo aún intento descifrar. ¿Lo conseguiré, mamá?