'Los sueños hay que cocinarlos con lo que tenemos en la nevera'. Es nuestro eslogan. Intentamos que nuestros clientes comprendan que soñar es gratis, rebuscando entre los frescos que ya tenemos. De nada sirve dejarse llevar por productos caducados o pasados de rosca. Son indigestos y poco efectivos. Porque puestos a soñar quién no quiere realidades. Es el objetivo de esta empresa. No sabemos de crisis. Todo el mundo quiere seguir soñando y no caer en el desengaño. Así que les ayudamos a cocinar con los mejores ingredientes del mercado tales cosas. Hay imposibles, negarlo sería ridículo. Pero limitarse también es un error. Nuestras didácticas impulsan esos conductos intrapersonales que dejan aflorar los anhelos más íntimos. De ahí hacemos una minuciosa selección de los pares más propios y procedemos a su análisis riguroso para conseguirlos.
Vivir de los sueños suena a utópico. A sueño en sí mismo. Lo es. Es gratificante ser intermediarios entre quienes sueñan y sus ideas ilusorias. Coleccionar sonrisas y emociones es un gustazo. Generar positivismo en un mundo tan desdibujado, intolerante y decepcionado, más. ¡Soñemos juntos! Siempre con precaución, el peligro de empacho revolotea en el ambiente. Y eso de cuidado con los sueños no vayan a cumplirse es una frase hecha. Confíen en nuestra cocina soñadora y verán, verán...
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