jueves, abril 05, 2012

Dame una f, dame una e



En un nuevo capítulo infinito de la ironía de la vida, quien peca primero tira la primera piedra. Es así, inexplicable. Pero ya que estamos en supuestos días santos, encaja reflexionar sobre la hipocresía bajo sotana, la bondad externalizada que quema por dentro, los jueces morales que juegan a la inmoralidad, etc. Esa suma de estupideces y estúpidos levantan mis airadas repulsas. Más cuando ese tipo de gentes/dementes proclaman con fervor palabras y hechos, lavando cerebros de muchedumbre incauta, para voltear la doctrina y reírse de creencias. Nunca entendí el valor de los corsés, los gritos de escándalo y las miradas de desaprobación. No, porque evidencian la falta de respeto a la libertad individual, la ineptitud frente a la tolerancia y la dictadura de su verdad. La misma que camuflan, envenenan e imponen. Hay historias que la propia Historia archiva sabiamente, porque de airearse se caerían muchos mitos vivos. Que así sea por el bien del teatrillo que  representan desde sus altares de oro y confesiones de circunstancia. Que la Santa Semana nos pille a todos con las conciencias tranquilas y los corazones limpios. A los que no, ya saben dónde tienen las puertas... del infierno.

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