Tan inesperado como anhelado.
Ahogado entre recuerdos y premoniciones.
Sumido en la nada de un todo roto.
Llega para quedarse y provocar un irse.
Marca un fin que justifica medios y cuartos más mitades.
Desvalorizado o no, es inevitable.
Vive, siente, padece pero no lo esquives.
Llega sin llamar a la puerta.
Es tan personal como intransferible.
Silencioso o gritón.
Cruel, injusto o natural.
En ocasiones insuficiente.
Agota tu instante perfecto que su hermano endemoniado pasa factura.
Ejemplo de impacto, de deconstrucción descontrolada.
Ahogado entre recuerdos y premoniciones.
Sumido en la nada de un todo roto.
Llega para quedarse y provocar un irse.
Marca un fin que justifica medios y cuartos más mitades.
Desvalorizado o no, es inevitable.
Vive, siente, padece pero no lo esquives.
Llega sin llamar a la puerta.
Es tan personal como intransferible.
Silencioso o gritón.
Cruel, injusto o natural.
En ocasiones insuficiente.
Agota tu instante perfecto que su hermano endemoniado pasa factura.
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