El calendario impacta con la realidad. Nos lleva la corriente y el oleaje de la incomunicación. ¡Qué paradoja! Surgen malos instintos, personalismos varios y el resultado sigue siendo el mismo: la duda. Ni el peor matemático resolvería tan a malas esta suerte de ecuación. El letargo infinito de ilusiones, vocaciones y sueños para lucro de unos pocos. Los indebidos, los vendidos a la piel del diablo, los antihéroes deshumanizados. Jugar con el futuro y los cuartos (pocos o muchos) de quien ha cimentado tu universo es un acto granuja y despiadado. Vence la ambición de los mediocres con ínfulas de grandeza. No conocen la responsabilidad ni toleran su enseñanza. Caminan a pasos de gigante ocultando la cabeza. Te posicionan en el estrés del qué será de mí. Dónde iré a parar, si es que esta noria se detiene algún día. Quieres cantar el bingo de tu libertad pero requisan los cartones, sólo por molestar. Basta bastos que bastante hemos soportado sin batallar. Ojalá todo sea una pesadilla y despertemos en el contexto merecido. ¿Destino con fin?
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1 comentario:
Lucha porque tu destino no tenga nunca un fin. Eso es vivir y lo demás es un cisne negro. TQ
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