Los días vuelan y con ellos las oportunidades. Y nuestras propias capacidades. Caemos en la rutina de lo cotidiano, en la dejadez como refugio y nos limitamos sin remedio. Hay una fecha, un horizonte, un momento que tenemos y debemos cargar de contenido. De ilusiones y esperanzas de voltear esta realidad tan asqueante. Puede que nuestro margen de maniobra sea reducido, pero desaprovechar sus capacidades resulta triste. En nuestro catálogo de esencia personal hay un término que nos define: ciudadano. Uno entre tantos, en sociedad y juego de hechos. Nos toca verbalizar y accionar el mundo y sus circunstancias. Gritar contra las injusticias, dobles morales y mentiras que de tanto repetirse han conseguido un espacio propio. Hacer del no un acto de conciencia, no un comodín. Valerse del sí como apuesta y estrategia del cambio. Puede que quienes lucen bajo los focos sean actores saturados de maquillajes y palabras vacías. Se merecen la crítica y el debate de quienes damos vida a la propia vida. Nos necesitan pero nos desoyen. Permitirlo o no es cosa nuestra. Sumemos hasta el veinte y veremos cuál es el resultado. Las matemáticas no siempre son exactas. Ni justas.
domingo, noviembre 13, 2011
Cuenta hasta veinte
Los días vuelan y con ellos las oportunidades. Y nuestras propias capacidades. Caemos en la rutina de lo cotidiano, en la dejadez como refugio y nos limitamos sin remedio. Hay una fecha, un horizonte, un momento que tenemos y debemos cargar de contenido. De ilusiones y esperanzas de voltear esta realidad tan asqueante. Puede que nuestro margen de maniobra sea reducido, pero desaprovechar sus capacidades resulta triste. En nuestro catálogo de esencia personal hay un término que nos define: ciudadano. Uno entre tantos, en sociedad y juego de hechos. Nos toca verbalizar y accionar el mundo y sus circunstancias. Gritar contra las injusticias, dobles morales y mentiras que de tanto repetirse han conseguido un espacio propio. Hacer del no un acto de conciencia, no un comodín. Valerse del sí como apuesta y estrategia del cambio. Puede que quienes lucen bajo los focos sean actores saturados de maquillajes y palabras vacías. Se merecen la crítica y el debate de quienes damos vida a la propia vida. Nos necesitan pero nos desoyen. Permitirlo o no es cosa nuestra. Sumemos hasta el veinte y veremos cuál es el resultado. Las matemáticas no siempre son exactas. Ni justas.
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