El género tópico nos recuerda que la realidad supera a la ficción. Y nunca una expresión fue más certera. Si quitamos capas de cebolla a nuestras vidas y a las de muchas personas que nos rodean nos daremos cuenta que somos protagonistas o secundarios de auténticas historias dignas de ser contadas. Lo malo es que gran parte de las veces ni somos conscientes de todo ese torrente de hechos carne de película. La verdad genera morbo y mucho miedo. Las vueltas a reflexionar al conocimiento absoluto de lo que pasa, cómo, dónde, con qué, etcétera, siguen dando por buena la ignorancia. Del saber íntegro sólo se extraerían guerras, dolor, rencor, malas palabras...
Desgraciadamente pocas ocasiones vencen los buenos sentimientos, el amor bien entendido, la naturalidad hecha vida... Y es que no hay nada más triste que vivir en el engaño, ser víctima de una doble vida absurda y pasear los efectos de otro egoísmo. Aplaudo la autoestima como prioridad, el dejarse llevar incluso, pero nunca el desplegar malas artes y el hacer daño por un fin. Cuánto culebrón. Cuántos malos y malas de telenovela, falsos sin integridad. Complicar no ya tu vida sino la de los demás no depende más que de uno mismo. Hacer cargar al resto con fantasmas resulta decepcionante y cobarde. Por mucho que cotice en taquilla cotilla.
Desgraciadamente pocas ocasiones vencen los buenos sentimientos, el amor bien entendido, la naturalidad hecha vida... Y es que no hay nada más triste que vivir en el engaño, ser víctima de una doble vida absurda y pasear los efectos de otro egoísmo. Aplaudo la autoestima como prioridad, el dejarse llevar incluso, pero nunca el desplegar malas artes y el hacer daño por un fin. Cuánto culebrón. Cuántos malos y malas de telenovela, falsos sin integridad. Complicar no ya tu vida sino la de los demás no depende más que de uno mismo. Hacer cargar al resto con fantasmas resulta decepcionante y cobarde. Por mucho que cotice en taquilla cotilla.
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