Fue un sueño. Una suma de fantasías. Con sólo escuchar su voz o con el dibujo de su silueta todas las terminaciones nerviosas y ansiosas de deseo se despertaban en mí. Su apellido era muy santo, pero desprendía todo lo contrario. Es el recuerdo estimulante de mi mito erótico de adolescente por descubrir. Cualquier escondite era válido para seguir sus pasos, para perderme en imaginaciones de película. Retozando, aprendiendo, navegando en aquellos labios, en unos brazos firmes de protección, en una sonrisa eterna de buena gente... Lo tenía todo y más. Y lo que más me gustaba es que no jugaba con sus bazas, paseaba su naturalidad sin chuleos ni aquí estoy yo. Mis guiones mentales nos alejaban de esta vida absurda y nos describían ejemplificando la felicidad. Sin secretos ni mentiras. Confiados en la vida a dos. Compañeros de vida y días, desafiando la realidad. Cómplices. Su mirada limpia era capaz de atrapar. Como atrapadas tenía a tantas víboras que pretendían ser las malas de mi folletín. Con ellas hubiera accionado mi goma de borrar personas, para allanar mi terreno. Para que entendiera que era su mejor opción...
Las cabriolas del tiempo y las exigencias académicas nos separaron. Nuestra intimidad no escrita quedó anulada. Años y años de ausencia. De recuerdos. De preguntas sin respuesta. De mantener el listón en su alto... Hasta esta semana. Desgastando energía en una persona innecesaria y tóxica el destino me reencontró con él. Nuestras miradas volvieron a tropezarse y los silencios mantuvieron la elocuencia. Sigue siendo, pero menos. Aunque eso no importa. Los cuerpos pueden reinterpretarse, pero cuando uno es tanto queda su verdadera esencia. Los segundos de shock me devolvieron a esos retazos de pasado pensado. A la tortura de los muros sin derribar. A las palabras deseosas de explosión. A la verdad compartida. Al placer de la piel en lucha. Se esfumó el momento, pero me queda la satisfacción del comprobar que aún siento. Lo del padezco lo dejo entre paréntesis.
2 comentarios:
Precioso texto. Me encanta. Un abrazo
Olga
QUE BONITO Y EMOTIVO. CUANTA SENSIBILIDAD!!!!
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