Todos somos un gran cajón
desastre. Sin querer acumulamos dudas, miedos, silencios, vergüenzas que nos
limitan. Y lo peor, muchas veces, nos torturan. Porque los giros del destino
nos hacen volver sobre los pasos pisados y replantearnos según qué episodios.
Tanto los vividos como los perdidos ¿sin remedio? Lo fortuito de la realidad
nos posiciona frente a numerosas pruebas que vienen a cuestionar nuestras
decisiones. Un recuerdo repentino, una mirada reencontrada, unas palabras
rescatadas del olvido, una fotografía reveladora... en la forma más inesperada
puede surgir un volver a algo que desechamos... entonces. La sinceridad con uno
mismo está infravalorada. Si nos escucháramos más, si ejerciéramos nuestra
verdad sin complejos lograríamos una versión mejorada de nosotros mismos.
La
vida es una suma de capítulos que cada uno nos encargamos de novelar. El folio
en blanco impone como metáfora de cerrar etapas y afrontar unas nuevas. De
liberarnos de lastres en forma de tramas. Nuestra edición perfecta supondría no
escondernos frente a los sentimientos, no callar las pulsiones espontáneas, no
dar carpetazo a los proyectos de bombilla creativa, no desoír los latidos de un
corazón que marca nuestra auténtica banda sonora. Nos empequeñecemos por
decisión propia, para después arrastrar las taras de lo que no somos. Con esto
no quiero hacer una defensa a ultranza del kamikaze emocional, pero sí una
puesta en escena del yoísmo en positivo. El mismo que nos confiere seguridad,
que nos ayuda a encontrar el discurso necesario para echar por tierra nefastas
dependencias, el que habla de tú a tú con las
sensaciones que anidan en nuestras entrañas, el que orejeras frente a los
comentarios malignos y gratuito, el que nos afianza como profesionales capaces
y únicos en nuestra especie...
Por todo eso y mucho más creo en la necesidad de
sacar todo nuestro YO+, como mejor ejercicio de perfeccionar nuestra historia. Porque
somos los únicos escritores capaces de darnos un final feliz. Lo de llegar a
best-seller o no depende de ti y tus escrúpulos.
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