La belleza será efímera. Pero no
los recuerdos que me deja el certamen Rey&Reina de la Belleza España. Han
sido días intensos, evidentemente en lo profesional, pero me quedo con lo
personal. Porque entre todo el equipo y con los candidatos y candidatas hemos
logrado hacer una piña tan divertida como compacta. Los nervios e ilusiones de
jóvenes con ganas de comerse el mundo se contagian. ¡Aire fresco! Incluso
cuando tu propia realidad dista mucho de esas energías. Y es que, cuando menos
te lo esperas, una sonrisa, un gesto o una broma hace que uno se olvide del
contexto. Me sumé al barco cuando ya había zarpado en forma de convivencia. La
confianza de Linac Media, gracias Charlie
García y Nora Lavín, me dio la
oportunidad de integrarme en el proyecto. Desde el principio me dejé llevar por
el buen rollo y la espontaneidad de todos las bellas y los bellos. Su
complicidad, su verdad, su juventud arrolladora. Grabaciones, ensayos, pruebas
de vestuario, más ensayos, consejos de profesionales, remates de ensayos... Ha
sido un bucle infinito de aprendizaje para ellos. Quienes me conocen saben que
siempre me gusta ser uno más desde el minuto uno. Me involucro con ganas,
pregunto sin límites, me esfuerzo en empatizar con los protagonistas de cada
historia que me toca contar. Así soy y así me he mostrado en todo momento.
Detrás de sus bandas había mucho más. Y ahí estaba yo para empaparme de cada
intrahistoria, de la esencia que cada uno transmitía.
Desde la cena de gala no me
deshice de mis pajaritas y me lancé a mi mundo de palabras. Aquella noche me
sorprendió su elegancia, que desbordó el Hotel
Milagros Golf, de Mogro. Entregaron presentes a la ciudad de Santander. Y a
falta de alcalde gentleman, su anfitriona fue la reina saliente, Sofía del Prado, musa y emblema. Sin
duda, a sus 19 años es una gran profesional de la moda. Derrocha actitud. Y
auguro para ella un futuro deslumbrante. Su sencillez enamora, como su mirada. Lo
pasamos bien pero no podíamos trasnochar en exceso que de martes a jueves
teníamos un reto: dar vida a la Santander
Fashion Week. Ellos como el elenco de pasarela y yo como maestro de
ceremonias. Un honor ser la cara visible de este evento de Coercan, que cumplía su décimo aniversario. El diseño estuvo muy
bien representado por nombres consagrados de la alta costura como Ángel Palazuelos o Alejandro de Miguel, así como la brutal arquitecta en patrones Jessica Conzen (ganadora Jóvenes
Diseñadores de Moda de Cantabria 2013). Más talento y de Cantabria el de Carla Ibars, que debutaba con su
primera gran colección. O la creatividad desbordante de Silvia (Coolmanía), que homenajeó con mucho
arte a Matisse. El aire del Sur lo bordó Paz
Gómez con sus diseños flamencos. Y las tendencias para el hombre
tuvieron gran representación con las colecciones de Di Prego (adoro sus pajaritas en madera), Sinigual o la camisería siempre perfecta de Corso Italia 47. Sin olvidar los trajes únicos de Roberto Vicentti, seleccionados por Don Félix. Para ellas conquistó la moda
de La Envidia Sana y Cloe, comercios que entienden y visten
el universo femenino. Pero, con permiso del resto, tengo que remarcar un
desfile. Unas prendas que me hicieron viajar,
soñar, sentir... Y un nombre, Lucas
Balboa. Sabía de su trabajo como director artístico, de hecho estos días he
tenido el honor de trabajar bajo sus órdenes. Pero no había tenido ocasión de
conocer el trabajo de moda del tinerfeño. Nos llevó a la India en telas y
creaciones apasionantes que visten a un hombre decidido, auténtico, sin más
etiqueta que su personalidad arrolladora. Colores vivos, complementos
polisémicos, esencia pura de creación. Sin palabras. Con pasión. Todos hicieron
posible tres días tan locos como geniales. Con los reyes y reinas entregados a
cada pose, cada diseño. En un no parar de selfies e improvisados photocalls. Mucha
gente trabajó por hacer posible unas tardes intensas de tendencias, de trapos
con historia. A los profesionales de vídeo, fotografía, iluminación, producción,
seguridad... muchas gracias por las facilidades. Y, cómo no, a las chicas de
maquillaje. Grata sorpresa el encuentro con mi querida Elena Calzada, musa de los broches y pinceles. Junto Andrea Saavedra, implicada al 200%, y Lucía Montes consiguieron restaurarnos
con precisión. El resultado fue una SFW muy completa, variada y explosiva en
cuanto a belleza, gracias a los monarcas de la cosa guapa.
Pero el gran reto estaba por
llegar. Gran Gala Final de Rey&Reina Belleza de España. Bajo la dirección
de Antonio Marhuenda y Lucas Balboa en el apartado artístico
la noche del viernes 10 prometía otro 10, como mínimo. Y creo, sinceramente,
superamos la nota. Días antes me comunicaron que compartiría escenario con la
guapísima María José Suárez, todo un
lujazo. Sus tablas y experiencia en estos certámenes era perfecta para contar
este cuento con final feliz de corona y cetro. Las chicas y chicos tuvieron una
agenda muy completa, entre ensayos de cada pase, pulir la coreografía,
entregarse al centurión de peluquería y maquillaje... Yo observaba cada
movimiento, cada rostro, el cariño ganado a pulso de unos con otros... Era su
día y aunque la competencia no se escondía, su comportamiento fue chapeau. Era inevitable tener favoritos
pero no te lo ponían nada fácil, porque había tanto nivel, tanta majura concentrada
que no hubiera querido ser jurado. Yo a lo mío, a parlotear sin fin. Pasaron
las horas y el ritual profesional se aceleró. El maquillaje tapó mis ojeras y
un traje guante seleccionado por Félix
Pellejero hizo el resto, ya era todo un presentador de ocasión. Me reuní
con mi compañera empezamos a repasar escaleta con toda la complicidad del
mundo. Quedaba menos. Sentía el calor humano que poco a poco llenaba el Palacio
de los Deportes de Santander. Tan majestuoso que impresiona. Pero saber que
quienes te quieren (o casi todos) estarían allí, cómplices, con aplausos y
emoción, todo lo vence.
No nací con un pan debajo del
brazo, sino con un mando de televisión. Desde pequeño me atraparon sus
personajes y grandes espectáculos. Y me recuerdo viviendo con pasión los
certámenes de belleza televisados cada año. Y ahora verme dentro de uno de
ellos, compartiendo momentos con tanta gente que desbordaba ganas, entusiasmo y
guapura... Un reto profesional importante que viví desde la tranquilidad y las
ganas de disfrutar. Y así lo hice, volqué mis energías en entregarme al
público, a mi compañera y a dar un show interesante. Creo que lo logramos.
Gracias, cómo no, al esfuerzo de los treinta y ocho dioses y diosas de este
país tan ecléctico como único. Anécdotas y surrealismos hubo, como en todo
evento, pero me quedo con los recuerdos de vivir nervioso la elección final de
ganadores. Conocer el acta del jurado, ver quiénes eran los elegidos, y sentirme
emocionado y feliz por ellos. Todos merecían llevarse algo y se han ido
cargados de experiencias, buena gente y contextos diez. Los premios eran la
guinda. Y el pastel se repartió especialmente para Andalucía, Marta Rodríguez, nueva Reina Belleza
España 2014, y Castilla-La Mancha, Antonio
Jaime, flamante Rey Belleza España 2014. Nombraría aquí a todas las
comunidades, porque son geniales y conmigo se han portado de diez, pero mis chicos
de Cantabria, Rosa y Diego,
son un encanto. Pero todas y todos me
han enseñado e impulsado en un momento que lo necesitaba. Gracias, de verdad. A
toda la organización del certamen nacional. A David Ibars, de Norevents. A Jorgen
Esteban, rey saliente, un tío 10. A los peluqueros. Al equipo de Lucas
Balboa, siempre encantadores. A Don Félix por vestirme de gala deluxe. A la
discoteca Zen por darnos una
post-fiesta genial. A los cómplices que valoraron mi trabajo. A los que no lo
hicieron. A todos. ¡Qué bello es hacer lo que a uno le gusta y ser uno mismo! Volveremos
a encontrarnos, con o sin banda...
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