¡Parecía inmóvil, tranquila y abstraída, esperando su momento
para volar. Como ella, tantas mujeres han sentido o vivido un símil de vida.
Porque el contexto nunca ha sido fácil y hay quien se ha empeñado en cortar las
alas por miedo al potencial en femenino. Personalmente, he escrito cada párrafo
del existir rodeado de tantas únicas e inspiradoras cómplices... Agradezco su
cercanía y el aprendizaje infinito que me han regalado.
Se habla de igualdad, se pide que sea real, pero dudo que
los mandamases permitan que ellas lo sean todo en libertad. ¡Qué triste! Ojalá
llegue el día en que no tengamos que gritar injusticias ni vacíos impropios. Se
lo merecen por derecho, proporcionalmente a lo que dan. Esperé sin hacer ruido
hasta que encontró su lugar en lo más alto. Queridas, ¡calentad que os toca!
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