Entregado al contraste me siento contrastado con un mundo sin entendimiento. Sólo quiero que apearme, huir lejos, practicar la escapada y no volver a esta realidad que desaconsejo. La pereza de los otros me vence, su frivolidad me sobrepasa y las ganas de borrar suben cual espuma cervecera. Es difícil voltear una vida, unas gentes y unos ánimos. El panorama, tornado desolador, impide que la lucha tenga sentido. Ya no. Han sido tantas las guerras, tantos los soldados víctimas de sí mismos, tantas las heridas aún sangrantes, que el todo es tremendista o más.
Me volveré asocial, ejercitaré el enclaustramiento con sentidos, los que otros no ponen en práctica(s) dejados de la mano de Dior, presos de su tontería maquillada. No quiero caer en esa inercia de lo surreal, en lo fácil como medio de supervivencia. Siempre quise ir más allá, ser diferente concienciado y titulado. Sin regalos ni de oídos ni para despapelar.
Puede que el tiempo me recoloque. Tampoco es que quiera un retardo, ni mucho menos. Pero si tomar distancia para encontrarme y saber que esta vida hay que vivirla si los motivos no son baldíos. Si los entornos no son vacíos. Si las palabras tienen contenidos. De otro modo, ¿quién quiere este mundo? Renuncio al mío.
1 comentario:
Pero ¿Qué ha pasado????????????
UN MAIL YA!
Publicar un comentario