UADF. Son las siglas de la Unidad AntiDelitos Fashionistas. Un grupo más que cualificado para exterminar a los ejemplares más antimoda, de armarios para una quema indiscriminada, de espejos engañosos en casa y pocos o malos amigos del todo 'insinceros'. Una salida cualquiera a las calles nos muestra especímenes de surrealismo subido y modelazos que ni con pinzas. Pero si ya decides pasar una noche mirando a los alrededores los descubrimientos del bochorno alcanzan cotas insospechadas. Es imposible no reparar en los crímenes de moda que especialmente muchas cometen contra sí mismas. Los recauchutes, prietámenes, cortos por encima de lo corto, sandalias imposibles con los dedos planchando el asfalto, estampados de frenesí entre lo flúor y lo indescriptible.
Pero esto no es un machismo de lo patético, que hay muchos que debieran mirar algo más que su ombligo y rebajar sus excesos. Se creen capos de la mafia y optan por llenarse de brilli brilli, de logos xxl de marcas quincosas, se recargan y hasta en un ejercicio autoestima inusitada optan por ponerse escotes para marcar sus ciclos anabólicos de gimnasio.
La UADF tiene mucha batalla que librar y tiros que disparar a los looks más basureros, que ni Lady Gaga en chándal comprando el pan. Quizá lo que quieran es dar que hablar y que les despojen a mordiscos de sus atentados estilísticos, que ante la necesidad todo es recurso.
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