Seamos generosos. Con los otros y con tu yo. Vivamos el momento como si fuera el penúltimo. Tampoco es cuestión de anticipar el drama. Si sonreímos no cobran impuesto adicional (de momento). Y si expresamos sentimientos, quereres y semejantes subirán las acciones de tu corazón. Lo importante es mirar a cada lado y saberse bien rodeado. Fuera la morralla absurda que implica gasto de energías. Regálate buenos momentos.
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