Que lo diga la ONU es mera
anécdota. Para mí todos los días son el de la Amistad. Así, en mayúsculas,
porque me siento muy afortunado de los quereres que he ido acumulando por el
camino. En estas tres décadas de mucho vivir, de momentos únicos, de personalidad
marcada, he ido transitando con cómplices perfectos e imperfectos. Nadie está
exento de esta última categoría nefasta que, junto a los tóxicos, hunden a
menudo nuestro barco de emociones. Pero no se merecen una pérdida
indiscriminada de energía, por eso me dedicaré a agradecer a cada persona que
formó, forma y formará parte de mis amigos. Esa familia de elección que nos
hace la vida más llevadera, que acompaña, que aconseja, que protesta cuando
debe, que entiende siempre, que perdona por concepto, que llora contigo, que
ríe por impulso, que lo da todo en cada noche de fiesta a tu lado, que tantos
que... Una mirada sirve para anudar nuestro cariño, para sabernos cerca por
mucho que la realidad nos distancie. Más vale la calidad que la cantidad, tanto
en número de personas como de momentos. Y en esta matemática he encontrado mi
resultado perfecto.
Cada amigo es un mundo, como lo
somos nosotros mismos. Si no entendemos eso estamos perdidos por contexto y
definición. Compartimos ámbitos diferentes, lenguajes diversos, caminos hasta
opuestos pero compartimos, ésa es la clave. Construyendo una historia,
sabiéndonos necesarios y leales. En mi caso, me rodean mayoritariamente las
mujeres 10. A cada cual más diferente de la anterior, pero todas geniales
vedettes, co-protagonistas de lujo de mi circo sin guión. La soledad siempre me
generó angustia. Y el destino me ha regalado un elenco que ni Almodóvar. No
concibo su ausencia. De hecho, pienso en ella(s) y me vengo abajo. Pero es
texto para elogiar y dar las gracias no de caer en plañiderismo. Así que
aprovecho cada tecla para decir a voz en grito que soy un ser suertudo por
acumular tan únicas, apoteósicas y enormes amistades. Capaces de tolerar mis
surrealismos varios, de asimilar mis silencios, de acompañar siempre mi viaje
en la montaña rusa. Amig@s agradecido y emocionado, solamente puedo decir
gracias por venir... a mí. Hasta el infinito y más allá.
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