Hoy es
el inicio de muchos hoy por escribir. Un cambio de residencia. De aires. Un
giro necesario. La ruptura con unas circunstancias nefastas. Una suma de
ilusiones por desatar. El resultado lógico frente a la frustración. La
respuesta al momento. Incertidumbres todas. Miedos los necesarios. Pero
necesidad, mucha. Creo que apostar por esta huida me hace bien. Potenciará no
sólo oportunidades, también sueños que esperaban en un cajón. Dejo cariños y miradas que lo son todo, pero
me encuentro con compañía genial. Con quereres auténticos. Buscaré el
equilibrio y pretendo adaptarme sin caer en los excesos de una ciudad en
constante ebullición. Conozco las consecuencias y no quiero ser víctima del
ansia de vida que por aquí se respira. Mi objetivo es otro, la estabilidad que
la realidad me ha arrebatado repetidas veces. Y como querer es poder, hago del ADELANTE mi eslogan. Defiendo mi propio
marketing personal, mi talento y aspiro a disfrutar de mi libertad. Suena tremendista,
pero me he sentido un tanto preso en medio de fuerzas del mal. Por eso el
escape se antojaba vital. Y luego está la crisis de treintañero, que asumo me
ha abofeteado. No me puedo quedar cual pasmarote esperando. Siempre esperando.
A que tú reacciones. Por fin. A que yo me quiera. Del todo. A que el mundo
laboral se recomponga. NO. Hay que
pasar a la acción. Resolver. Ser esto que llaman proactivo, en términos de
postureo profesional. Escribo estas líneas con la emoción de seguir
descubriendo, de rodearme de energía, de entenderme más y mejor. Nunca me iré
del todo. Ni quiero ni debo ni puedo. Pero era ahora o nunca. Madrid, soy todo
tuyo. Y tú, ¿serás mi cómplice?
¡Que comience el espectáculo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario