... O directamente los anulo. Supongo que el material memorable de cada cual sea el responsable de nuestra capacidad recordatoria. Nunca supe de ejercicios concretos para ser capaz de visualizar con el tiempo lo más añejo. Cierto que la labor escribana del momento se antoja como método más que eficaz para perpetuar el paso de ese devenir definitivo. Pero admiro a quienes de por sí tienen el don de mirar a su ombligo con perspectiva y retomar episodios de sus biografías. Detalles pormenorizados, personas que fueron algo más que episódicas en sus vidas, frases antológicas, surrealismos varios, fechas imposibles...
Hoy me vi inmerso en un contexto recordatorio y me sentí fuera de lugar, precisamente por la incapacidad de mis entendederas de mirar atrás con garantías. Donde mis contextualizadores tenían detallismos sorpresivos mi cabeza chorlita no dejaba más que entrever una neblina de mayor empedernido y sin conciencia de sí mismo ni de su propia historia. Y es algo que asusta. Incluso cuando son los otros los que te definen de aquellas, los que hacen tu ficha fantasmagórica de otras épocas que se escapan de tu memorandum. Incapaz de comprender ese relato de lo vivido pero oscurecido o arrinconado en un espacio por resolver entre una capa ingente de polvo.
Es una sensación extraña, porque de algún modo se ha escapado una parte de ti. En la lógica vivencia del presente el pasado se apila y parece se aniquila en mi memoria. Y eso apena. Por mucho que prefiera el momento, mejorable pero mejorado, con esa conciencia de lo que fui inserta en lo que soy. Sin más complicaciones, sin retorcimientos de antaños dramáticos. Relegando esos recuerdos en un ejercicio de no inclusión. Por desarraigo, por incredulidad o por pena. Con motivos de incomprensión y un pasa-página(s) necesario.
Una práctica que no es gratificante pero al menos no lo es doliente. Sabiendo que fui, pero degustando lo que soy. Y la vida se construye con el tiempo, pero lo edificado permanece. Más vale seguir en la lucha constructiva que recrearse en los cimientos por siempre jamás.
1 comentario:
En realidad, Sergio, a veces lo mejor que podemos hacer con el pasado es olvidarlo. Lo que tenga que permanecer, no te preocupes, reaparece solo :)
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