viernes, octubre 30, 2009

El vigor surrealista

Sobrepasado me hallo de tantas situaciones, exigencias, compromisos, tonterías varias, deseos por explorar y explotar... Un cúmulo muy extraño que me hace ser y del que quisiera desprenderme. Pero parece complicado. Aunque de aquí a nada quiero cerrar el chiringuito de la rutina y hacerme con unas semanas de propiedad exclusiva para retozar a antojo, aunque sea en soledad. Aún así queda para ese momento y hasta entonces y/o ahora la suma de surrealismo ha seguido marcando mi agenda. Un viaje exprés a la capital reinante sirvió para ejercer de reencuentros, para vivir la tontería ajena y para sustituir las ausencias con compras excelsas. Nada nuevo. Aunque reconozco que nunca dejaré de sorprenderme de cómo tantos se construyen con pichiglás sus vidas vacías para granjear unas apariencias chistosas. Hay quien gusta de los fantasmas, pero teme las calabazas. Mal dadas les vendrán.

Y lo peor es que queda mucho por soportar malas caras, peores sentimientos y deseos. Por mucho que acabe el año y toque hacer reflexión en positivo, con semejante panorama y pobladores, malo, malito, malo. Hay que esquivar cada día la hipocresía barata, las palabras vacías de contenido, las miradas de hielo, los cuchillos que dan trabajo al viejo afilador... Toda herramienta es poca para los cómplices del lado oscuro, empeñados en ensombrecer la luz que apunta al fondo. Pero si algo nos ha enseñado Holywood es que, al final, siempre ganan los buenos. Habrá que creerlo. Ya que en el amor sus ideales son de plastilina y nadie nos moldea. Jur, jur.

No hay comentarios: