Feliz Día Real a quien corresponda. Imagino que los seres barbudos estén descansando a estas horas mientras tantos se afanan en contar regalos -el lema de a mí me daban dos o más hizo mucho daño- o romper papeles ilustrados a la velocidad de la luz. Todo para llegar al momento clave: la cara de sorpresa inesperada, de sorpresa predecible o el chasco con rostro confuso. Estamos mal acostumbrados, será eso... Es una suerte que un día al año nos agasajen o agasajemos así. Crecen nuestros armarios, algunos están tan apolillados que necesitan oxigenarse con novedades, cuando no aumentan nuestras estanterías de libros, discos, tecnologías varias... Siempre salimos ganando, ¿cierto? Yo no me quejo.
Esta vez mi sentir quejica se bifurca hacia otros seres de la realeza. Se trata de las Reinas de la vida, sea cual sea su sexo, género, orientación o vocación. Tocan algo más que el apéndice nasal con sus aires, privilegios autoconcedidos, ínfulas estúpidas y tontunadas de rebajo social. Están por todas partes, bien camufladas o travestidas. Pueden ser implacables pero suelen mostrar alguna flaqueza por donde dejan a las claras que en realidad lo suyo es más bien encefalograma plano. Lo de cultivarse intelectualmente no les interesa, se preocupan más del detalle frívolo para brillar. Son despreciativas y bobas, no asumen que acaban necesitando a aquellos que miran con desdén.
La Realeza no puede sentir aprecio a ejemplares caricaturescos, flores de días efímeras, suspiritos hecho carnes de cañón... Por mucho que con una frase aprendida y convertida en latiguillo azotador, con un caderazo espasmódico, con un golpe pestañíl infinito... quieran depreciarte, sus malas artes acaban delatando su menudencia. Pobretas.
1 comentario:
Jajajaja! Tantas reinas de ésas te has encontrado por el camino?
Por ese motivo (y muchos otros)paso yo de reyes -de los magos no, ¿eh?- y reinas. ¡¡Arriba la República!! ;P
Publicar un comentario