Se suceden las galas y el éxito
de ‘La Voz’ y el comentario generalizado sigue echando por tierra la figura de
David Bisbal. Gala a gala twitter se cae. Y dicen que el enfado del triunfito
crece como la espuma. El almeriense partía como star sin parangón en el nuevo
talent de Telecinco, pero la frescura y la coherencia de Melendi se le han
comido con patatas. Y eso que unir coherencia y Melendi suena a chiste malo.
Sus patadas y gorgoritos quedan anulados por esa duda constante (¡pulsa coño!),
por esos comentarios a grito tan vacíos de contenido, por esas construcciones
verbales nulas… Se salva por la expectativa que depositan en él los candidatos,
que imaginan una vida en mansión de Miami, de gira internacional, colonia de
nombre (el suyo) propio y extensiones de rizos si fuera necesario. Es el
supuesto pasaporte al éxito. El mismo que él vivió de la noche a la mañana.
Solo que aquí no hay academia ni Ninas, sí abuelas fanáticas o madres enfermas
que sirven de cebo para la lágrima televisada. No es fácil juzgar a ciegas,
pero cuando prima el sentimiento y la música se nota que ‘Bisbi’ no tiene
argumentos. Con un Ole lo tiene todo solucionado, y eso que suele ser como coro
de su compañera Rosario, la misma que limita su vocabulario con una Oleada infinita.
Y ya.
Será por barrer para casa, pero
defenderé siempre que Bustamante lo bordaría en este programa. De hecho se
pensó siempre en él. De sobra conocida es su espontaneidad, sus lloros sin
descafeinar (este mismo martes lo demostró en el programa de Jorge Javier, ‘Hay
una cosa que te quiero decir’… ese territorio del clínex y el moqueo). El caso
es que vía talón se lo llevó Antena3, para animar ‘El Número1’ y tampoco
lograron el efecto deseado. ‘La Voz’ está siendo un fenómeno que crecerá como
la espuma cuando los coaches cambien su vestuario (por fin en las próximas
batallas) y, especialmente, en las galas en directo. Veremos cómo el ricitos de
oro ha encajado las críticas en la grabación de las nuevas fases del programa.
Me juego algo a que tirará por lo emocional y a recordar sus inicios. De tú a
tú. La pena vende. Discos también. Desde aquí recomiendo a la nueva churri del
cantante que le compre una enciclopedia, algunos de los clásicos de la
literatura (nada de novelas escritas por Leticia Sabater o Ana Obregón) y le
apunte a cursos de comunicación oral. Lo necesita. Porque para ser grande uno
no sólo debe creérselo o pensar que es directamente proporcional a la lista de
los40Principales, debe tener un discurso propio. Desde ahí se cimenta el
talento. Aunque Bustamante lo hiciera desde el andamio.
P.D. Anoche 5.685.000 espectadores sufrieron con el surrealismo bisbalero. ¡Ave María! Es lo que cantan los directivos del canal por los pasillos.
1 comentario:
No puedo estar más conforme con tus palabras. Pero de dónde ha salido?? El pobre, con esa cara de le voy a dar al botón pero no le doy. Que no haga tanta pamplina y listo!!
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