Podría hablar de la visión atónita de los clones de Tokio Hotel, de las perversiones de unos Latin King de medio pelo con sus ornamentaciones de baratillo o de un encuentro de regreso al pasado que promete titulares. Incluso de mi torrente creativo que en un paseo entre los bajos fondos ha parido embriones de cortometrajes o novelas que ojalá fueran más allá de las ensoñaciones lanzadas al viento. Pero no. Hoy mi cuerpo me pide tomate. Y del malo. El televisivo que este viernes se pudre para siempre. Es la noticia más comentada por casi todos, en especial por los amantes de los cotillismos desaforados y las morbosidades en grandes cantidades. En un mercado saturado de mediocridades hay quien echa culpas fuera y se ensaña con los tomateros. A mi juicio es del todo injusto, porque hay más perros con distinto collar pero que muerden con una fuerza que nada tiene que envidiar a la del maestro.
En cinco años quien más y quien menos ha compartido muchos momentos tomate y lo que es mejor los ha transcendido a todas sus conversaciones para completar el imaginario de lo cutrelux que tanto juego de dimes y diretes nos ha dado. Cada cual tendrá en su memoria de lo audiovisual algunos vídeos o cebos hilarantes, donde estaba la esencia del tomate más ácido y que forjó su leyenda. Neraka nunca olvidará una loa a la mancha en la chaqueta de Norma Duval. Y qué decir de aquella ceremonia de gala de la hija de Toni Hernández, el pseudomarido de Sara Montiel, que pasaba a ser una mocita con un evento de lo más pomposo con bailes horterísimos incluidos. Casi a la altura de los que amenizaban los de las BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) de Farruquito and Company y que los tomateros siempre sabían retorcer, con especial alusión a Massiel y a sus debilidades etílicas.
Otra cosa fueron los personajillos sacados de la chistera de la nada y la necesidad de fama, el recurso a concursantes de medio pelo ansiosos por el minuto de desgloria o la profanación de tumbas sin desazón. Era un mix difícil de entender, que no conocía los manuales de la ética pero que de todas, todas, entretenía. Que los documentales de La 2 serán joyas de lo audiovisual pero las audiencias prueban que un tomate bien aliñado no tenía rival. Pero las épocas de vacas flacas siempre llegan y más cuando la competencia te da en la línea de flotación utilizando tus armas pero a la inversa y haciendo de la risa a toda costa su mejor arma. Y sabieron lo que se hicieron dando palos sin cortes y cortando la respiración de los líderes que veían cómo su reinado corría peligro. Quizá no contaban que las penas se quitan bailando y si lo hacen unos jóvenes aparantes, bien musicalizados, estilizados y con ganas de comerse más que el mundo la pupa se convertía en herida profunda... Y de las heridas no todos los dolientes se reponen. Ahí el contexto juega un papel básico y el canal de choca esas cinco no tiene aguante y al primer síntoma de desgaste tomate triturado.
Es curioso que una vez soñé con llegar a trabajar en el programa. Lo más cerca que estuve de él fue cuando me llamaron para opinar sobre Los Campos, por el atractivo de una Bordiú amante de las tiendas de ultramarinos en una ciudad de provincias que no entiende más que lo justo y necesario. Entonces dije no. Temía que me sonsacaran demasiado y quedara como un chivato poco profesional y eso nunca fue ni espero sea mi estilo. Pero hasta he llegado a pensar en lanzar un formato similar en esta región, aprovechando su potencial pero limando sus aristas grotescas. Y ni el recurso a una princesa surtió efecto.
Hoy es un día triste. La parrilla televisiva va a tener un hueco difícil de sustituir. Y no me da pena de las cabezas visibles, con ese JorgeJa que se le va la fuerza y la bilis por la boca o esa Carmen Alcayde que hace suyo el baile de SanVito con el escotito (mejor, escotazo). Pienso en el equipo de redacción que han sacado adelante el día a día, en esos reporteros y cámaras que se han visto agredidos sin razón. La violencia no justifica ninguna mala arte. Ojalá que les encuentren una nueva lata que rellenar y con la que dar la lata, valga la redundancia, a los espectadores. Muchos se manifestarán hoy en contra del cierre verdulero. Otros sueños con que todo sea un montaje publicitario. Pero todo indica que no. Mi vídeo será testigo en vivo del fin. Verlo grabado no será igual pero no podía perderme tan magno acontecimiento. Es lo que tiene ser un freaky de la caja tonta. Un atontado de la vida. ¡Feliz digestión tomateros!
2 comentarios:
Difiero en tu tristeza, yo estoy alegre porque otro programilla de "telebasura" vuelve a caer por su propio peso.
Tendrá mucha audiencia y será todo lo entretenido que tu quieras, pero eso no justifica ni debería permitirse que programas de esta calaña sigan en televisión.
Esto podría traer a colación la gran pregunta: ¿Vale todo en televisión si tiene audiencia? No estoy a favor de un comité regulador, pero al menos pido un poco más de ética en la creación de formatos y en la conciencia de los directivos de las televisiones.
Sin necesidad de irnos a La 2, copiemos de Cuatro, cadena que cada día sorprende por sus ideas y presentaciones creativas, por sus informativos rompedores pero no por ello menos objetivos... Telecinco acabará cayendo como no revise su programación. Últimamente sólo tiene corazón y realities...
Más calidad televisiva, por favor... ¿Y qué me dicen de la medición de las audiencias? ¿Son datos realistas?
Porque de acuerdo a esos parámetros, lo que yo vea en mi casa no se tiene en cuenta...
¿lO TIENES GRABADO? mE LO PERDí y me dio rabia uqería ver cómo quemaban la traca final...¿ALgo destacable?
Tú tienes demasiada calidad para ese programa.A mí me gustaba al principio. SU formato hipnotizante ha marcado un antes y un después...A ver con lo que nos asaltan ahora.
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