¿Qué quieres ser de mayor? La gran pregunta para los más pequeños, esos locos bajitos dueños de la duda, que sueñan al futuro en crecimiento. Más o menos convincentes se nos acumulan las ideas de las profesionales más geniales o gananciales. Con vocaciones o su ausencia, durante años mutamos nuestros deseos laboristas acercándonos a la que será nuestra realidad en mayoría. Últimamente es un tema que despierta mi curiosidad, indagar en las concepciones profesionales en miniatura y la senda para bien o mal de la profecía de los años.
Ya conté en pantalla mis ideas de infante, por eso aquí las contextualizo. Siempre me gustó el artisteo. Bien pequeño hacía mis shows en directo, como presentador, cómico, bailarín... Acompañado de un puñado de primos literales con los que montar el espectáculo en familia era una garantía. De ahí que quisiera subirme a los escenarios, soñaba yo como cantante, pero más que nada lo mío es dar el cante en el peor sentido de la expresión.
Otra etapa fructífera de búsqueda personal hacia la madurez inmadura estaba vinculada a la moda. De hecho monté en una galería de mi casa una tienda, con todo tipo de detallismos. Desde la ropa etiquetada al escaparate, verdadero motivo para el tinglado genérico. De hecho, la superación creativa me llevaba a plantear periodos de Rebajas, con toda la parafernalia que tan insigne momento del año fashionista requiere. Hasta empecé a crear accesorios de yoísmo, unos broches tipo flor demasiado surrealistas para mi memoria.
Y cómo no, el tema mediático siempre me llegó. Debí nacer frente a la tele, porque desde que tengo uso de razón me ha guiado, quizá en exceso. De ahí que simulara programas y hasta creara formatos que intenté vender sin éxito siendo un pequeño don nadie. En radio hice pinitos con programas logradísimos grabados en el primer aparato que entró por mi puerta. Y de publicaciones recuerdo una con cariño en época escolar, donde el colmo del cutrelux fue el falseo del autógrafo de una diva de la época de cuyo nombre no quiero acordarme, porque me puede entrar alergia. Lo curioso es que de mayor pude conocerla y darme cuenta de cómo los años mutan los sentidos y a las personas (por muchas operaciones o 'retoquitos').
Tampoco fui un extravagente en mis ideas. No quise ser equilibrista aunque la vida sea un ejercicio tal; ni broker, aunque tenga que colocar mis bajos fondos quién sabe donde; ni millonario, porque valoro más otras riquezas... Pero al menos puedo decir que siempre tuve un criterio más o menos homogéneo. Y que el tiempo me está dando la razón.
Y tú, ¿qué querías ser de mayor? Quizá aún estés a tiempo.
1 comentario:
Yo lo tengo clarísimo: quiero estar bueno, de esos que triscan, y compaginar mi carrera de top model (preferiblemente de ropa interior) con la de concertista de piano :P
Publicar un comentario