Últimamente no hago más que preguntarme cómo nuestro mundo se corrompe a la velocidad de la luz y parece que el común gentío no hace nada por evitarlo. Todo en una ceremonia de descrédito generalizada y donde la maldición, en versiones variadas y pixeladas, se apoltrona con picardía funesta. Asistimos a la crítica palabra de familia común, aquí siempre llamada maldita, que nos tiene en un ¡ay! constante. O eso a algunos. Las tiendas están llenas y el ser compulsivo sale con bolsas aunque sus bolsillos se vacíen. Los restaurantes se abarrotan y las reservas se copan. Estas mismas en -s final se beben y beben con ahínco en noches de crápulas infinitos, miradas de falserío y posturas impostadas. Nada es lo que parece. Ni ganas. El consumo viciado, carnal, emocional o extensibles se ha hecho un hueco de gigante. Malamente.
Y las cosas pasan y se colorean en negros y las reacciones están por llegar. Y puede que pierdan su vuelo o facturen con exceso imperdonable. Porque sigo sin entender cómo el aprovechamiento ruin de los jóvenes se ha hecho un continuo. Que si basuras contractuales, becas para salir al paso y ahogarse hasta el cuello, enchufismos electrizantes... Los cálculos no salen y el talento se evapora entre desganas.
Incomprendo, a mi modo, a muchas personas que están de paso y quieren zancadillear a los demás. No sabría adjetivar su pasotismo y su maldad espontánea, con consecuencias. Con ellas haría uso feliz de esa goma de borrar personas con la que siempre he fantaseado. Puede que así me ahorraba malos ratos y sentimientos explosivos. Están otros, los mosquitos muertos. Pero que en su fango siguen picoteando y empeorando el panorama. No siempre se ve venir su aguijón, pero cuidado con, su efecto puede ser letal. La hartura con esos otros sobrantes es máxima. Más porque aún no está a la venta la loción antiparásito social. Si alguien conoce la fórmula que me la haga llegar, que quiero rociar un radio de acción importante.
1 comentario:
Yo también quiero una loción pero para gente que no sabe lo que quiere y parece que te culpabiliza a ti o no te pide opinión para según que cosas que son de los dos. También para todos aquellos que al final se van y te dejan con el vinagre en los labios.
Publicar un comentario