Ya es 14 de Febrero y no he sido asaeteado por una flecha de Cupido. Ni ganas. O sí. No importa. En realidad prefiero otras presencias más allá del amor que llenen mis contextos, aunque a veces las paradojas, las incomprensiones o la distancia no permitan la conjunción. Porque cada cual se sube al tren y si sube y baja en conveniencia, en un viaje complejo y subjetivo. Pero no es cuestión de metaforizar sobre mis paranoias y menos sobre este día que dicen especial. Aunque casi tengo un master sobre San Valentín, porque me ha tocado documentarme en extensión y me sé obra y milagros del ilustre patrono de los enamorados que sufrió lo suyo y cual mártir mereció un reconocimiento póstumo. Y los gerentes de El Corte de Ingles se frotan las manos desde entonces. Es lo que tiene el materialismo que lo desvirtúa todo.
Ante la falta de regalos, bombones y piropos me quedo con los recuerdos de esos primeros valentines escolares, cuando el cosquilleo dominaba las tripas infantes con la ilusión por bandera. El intercambio de artesanías y accesorios varios era un clásico. Como insertar en la mano el nombre del amado/a con pilot resistente al agua. Así uno encendía la llama del amor, el coqueteo embriagador y las tonterías plamadas en libros, testigos de pasiones que furtivas o no salían de los adentros corazoneros. De esas pequeñeces sí me acuerdo. Qué nostalgia. Incluso estaba en una acera ilusoria. Aunque con los años crucé solo al bando de la inversión. Aunque no tengo hipoteca. Ni un amor hipotecado. Sí amores imposibles. Hoy incluso vi a uno de ellos. Un chico muy especial. Su cara por el retrovisor de su coche me produjo ese hormigueo necesario en el proceso amoroso, dicen. Pero como apareció, desídem al volante de su coche sin ínfulas. Mi guión me sigue poniendo puntos de giro constantes. Y, de momento, no sé capearlos como es debido.
Sí que capeé una situación que preveía incómoda, sufrida y negativa. Mis apocalipsis de anteposición siempre me juegan malas pasadas. Pero no, opté por sacar mis mejores galas, por llevarme del brazo a mi siamesa más auténcia y bella y toreé un evento sociolaboral donde no había fantasmas pasados ni promesas futuras. No es cuestión de croniquear en profusión porque quién sabe la dimensión lectora de este humilde blog. Pero fue un visto y no visto, porque ni esperamos a los canapieses fríos ni a degustar la falsedad impostada en caras amables de hola corazones de autoridades, señoras de lujerío hasta en el carné de identidad y de compañeros del oficio con cara de malas pulgas. Y cuando el contexto no te pertenece lo mejor es poner contextos de por medio. Así que alegrar el estómago es la mejor opción por mucho que mi dietista luche contra el momento hipercalórico. Y si al mix le sumas encuentros inesperados con padres ajenos encantadores y dispensadores de cariño, el día resulta más que sabroso. Aunque menos que un biberón de mi princesa en miniatura, que con su mamá me regalan instantes de ternura, confesiones y sonrisas sin lágrimas. ¿Qué más se puede pedir? Un corazón caliente.
4 comentarios:
Feliz San Calentín, siamés de mi corazón ;)
Un beso madruguero...
no sé,hoy, pensaba disculparme por mis malos días o mejor dicho mi mala temporada y no haber asistido ayer con vosotros a ese acto, podeis no justificarme pero ultimamente solo tengo animos para dormir. de todas formas, creo que el día igualmente fue perfecto sin mi, al fin y al cabo yo solo soy la siamesa sustituta, no la autentica.de todas formas perdon si sirve para algo y sino volvere a milargo letargo.cuidaos y disfrutad.copito
Mmmmm, tenía un compromiso previo así que ... me libré también del evento sociolaboral que mencionas, jeje.
La verdad, cada vez estoy volviéndome más arisco con el contexto, cada vez llevo peor los saraos oficiales y oficiosos, y cada vez estoy más convencido de la vieja máxima esa de "cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro" (Que Glenda se lo merece).
Besucos, Ese
El dia es lo de menos! Solo sirve para recordar a los q no han amado aun,q existe el amor. Por eso a veces no se debe critar al que ama o se siente amado,cuando uno mismo no conoce el amor!PEGASO SIN ALAS
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