Ya es hora de lanzar una verdadera campaña de apoyo real a Caritina Lapique. Quizá los profanos del corazón desconozcan la existencia de esta mujer, hija de Carlos Goyanes y Cari Lapique, que ha sufrido un ostracismo familiar y famosil sin parangón. Pocos recuerdan que en la historia mediática se haya negado tanto a una persona como a Caritina, que a decir verdad tiene un apodo poco propio a su índice de masa corporal. Pensando sólo me viene a la cabeza el maltrato que sufrió la llamada 'fea de las TESS', un trío de jóvenas que musicalizaba aquella serie antológica de nombre 'Al Salir de Clase'. Pues bien, la pobre aspirante a estrella siempre era obligada a tapar su cara de no ángel con una mata de pelo. Amén de ser la última en cada coreografía. Motivo más que suficiente para paralelizar su historia a la de Caritina, siempre relegada en los photocalls y presentaciones de copa y copete. Ni siquiera piensan en ella para ser fondo humanoide en los mitines populares de exaltación de los valores gavioteros. Un cúmulo de sinrazones injustas para una mujer que no aspira a florero, descontextualizándose del papel de una madre y una hermana más artificiales que los ramos de venta en chinos.
Pero más allá del humor grueso, dos ejemplos de chicas mediáticas ancladas en cuartos planos por sus no atributos sirva de reivindicación de la desigualdad, el eclecticismo, la variedad personal, física y de elección. Los patrones cortados y malgastados con el tiempo merecen de aperturismo sin límite de formas, actitudes ni credenciales. Pocos podrán decir que alguna vez en su vida no han sido marginados. No importa la razón, pero la marginación o el rechazo quedan grabados en el álbum no nostálgico de los recuerdos propios de goma de borrar. La utopía es sólo eso, pero las realidades de muros de incomprensión y discriminación son alargadas, dolorosas y inexplicables. Porque quizá Caritina se haya asumido con el dinero como bastión, pero la 'fea de las TESS' canta en karaokes regionales con la angustia por bandera. Son suposiciones. Otros marginados, excluidos y maltratados no pueden contar ni reírse de sus historias. Y eso sí que es triste.
2 comentarios:
A mi ese tipo de marginación mediática me da un poco igual... tan marginada "la pobre" no estará para que algunos se acuerden de ella.
No entiendo muy bien del tema, y a lo mejor lo estoy interpretando mal, pero pena no me da. Sólo de pensar que hay mucha más gente que sí que sufre de verdad la marginación en su faceta más cruel...
vale, semisueca puede terer rzzón pero muchas cosas hay que hablar de gente que no nos da pena, acaso la gente no dice, pobre, no se ha llevado el oscars, pobre!!!!si solo por ir reciben mas regalos que el PIB de un pais de Africa pero eso no quita pa que habalemos de ello y en consecuencia dde la injusticias.cre, o eso entendi, o lo que me da la gana de interpretar es que muchas veces la gente se siente amrginada, por no llevar la talla de pantalón,la pareja sexual de la amno o el pantalón que lo polticamente correcto sugiere o el resto de la sociedad defiende por poner unos ejemplos y tp con animo de dramatizar.no se.besos.copito
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