Recuerdo nuestro primer encuentro. Ella agazapada tras sus gafas pero dejando que sus ojos de viveza conquistaran a la novedad. Su cercanía y gentileza en el mar de tiburones sorprendía. Su voz melodiosa en la calma y su actitud de buenrrollista con sentido acabaron por atraparme. Cada mañana separados por el mobilario de oficina saltábamos nuestras propias vallas para alcanzar una cercanía desconocida en aquellos lares. Sabía que mi apuesta independentista había merecido la pena, sólo aquél descubrimiento con amistad incipiente era un regalo a tanta incertidumbre.
Cada ayuda, cada palabra, cada consejo... Cada café imprevisto, cada tosta hipercalórica, cada bollería fina... Cada chisme sin saña, cada humorío dual, cada heroicidad infinita... La suma de los cada sería tan infinita. A su lado esa palabra de cuatro letras se cuantificó más y más.
Pero el tiempo cruel, con el destino insólito siempre nos regala subidas en la montaña rusa. Despertares impropios, lejanías impuestas, sensaciones amargas... Pero ni la peor circunstancia cercenó jamás el querer de ida y vuelta, el sentimiento clavado a fuego en dos corazones heridos pero ávidos de latidos. Y he aquí que ahora los días nos unifican, las palabras nos amainan y el saberse mutuo nos relaja.
Le debo mucho a ella. Lo sabe. Siempre será mi heroína. Una droga que no necesita rehabilitación, sino todo lo contrario. Y sus lágrimas y sus sonrisas siempre me han sabido conmover. Y lo que te rondaré morena. Pero sería injusto caer en la personificación total cuando son varias o más las que en sus respectivos papeles me conforman, me sirven de patas y ojos en mi caminar. Nombrar está feo, cada cuál sabe su papel en la película de mi vida. Sólo quería daros las gracias supinas porque cada una en vuestra especie habéis hecho de mí quien soy. Para bien o para mal. Pero si soy es GRACIAS a vosotras.
Ellos no merecen tantos honores.
1 comentario:
Ains!!!! Qué injusto! No me hagas llorar, por favor!!!!!!!
Gracias, gracias, gracias... Aún me pregunto cómo tuve tanta suerte de encontrarte, de tenerte y de quererte.
Te adoro
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