jueves, julio 30, 2009

Si Falete existe, todo es posible

Hay verdades de perogrullo que nacen de lo espontáneo. Y como seres en recolección no podemos dejar pasar por alto... Y justo en una constante de noches de fiesta (sin José Luis Moreno), de prácticas en positivo del ya famoso 'los amigos de mis amigos son mis amigos', de bebidas de subida venosa exprés, de caseteo hipercalórico, de bailes con la luna muy amabla de testiga, de surrealismos varios y salidismos de pico de plancha... Así se hace grande el entendimiento de Falete como base de lo irónico de la vida. Él y sus estilismos insuperables (enorme, tal cual sí, su modelo palabra de honor caserito en fucsia florido) hacen que la vida cobre más sentido frente a quienes nos desdibujan las sonrisas por su inconstancia, insinceridad, intolerancia y demás 'ines' poco fashion.

Más allá de la coña falética, comparto que es tremendo abrir los ojos y ver una realidad dolorosa de quien esperas tanto. El tiempo, ese gran amigo (también para la industria cosmética) da pie a entender que no todo el mundo estamos cortados por el mismo patrón. Algo entendible de base, pero no cuando se sientan las bases redundantes de una amistad / relación con unas reglas que uno se salta a la torera, pasando de las consecuencias. Cómo si sentir fuera un capricho. Que no, que no... Ojalá que ese mismo tiempo les haga darse cuenta de lo que pierden. En ausencia todo se valora más, ¿cierto?

Pena más la de aquellos que viven sin vivir, encerrados en su mentira, apolillados tristemente parapetados por el miedo a ser felices. Puede que algún día se entiendan a sí mismos, dándonse la oportunidad de querer sin patrones, sólo con el impulso del latido feliz. Se lo merecen. No así su engaño doloroso y cruel, de oscuridades enquistadas y patetismos temerarios. Quienes tanto lucharon por reivindicarse y hacer camino común gritarían más aún hoy, en vista de tanta letanía de inseguridades y angustias neandertales.

Y lamento (que no boliviano) por los compañeros mediáticos de pronto se ven en la calle. Los empresarios, desde la atalaya de sus euros en suma, no tienen en cuenta que no hay números sino personas. Y futuros. Seguro que van a escribir nuevas páginas de vida profesional y personal de éxito. No se espera menos. Y desesperar tampoco es la solución. Porque 'Si Falete existe, todo es posible'.

sábado, julio 25, 2009

Preposiciones

Por mucha preposición que me hagan, nada tiene que ver con a, ante, bajo... La vida tiene estas cosas surrealistas con las que te vas topando. Incluso con reacciones, palabras, gestos, giros y demases que te dejan un poco en shock. Qué hacer ante tales, pues seguir el paso en firme. Más cuando, pese a todo, parece que el camino está despejado. Y es que, cuando por una vez te das la opción de pasarlo bien, con pocas comeduras de tarro (en ausencia de otras), que quieran nublar tu realidad me parece de bochorno. Así que limpia, limpia y algo queda. Seguro. Por más que en suma haya quien siga demostrando su nulidad, su maldad intrínseca como seres poco dados al resto. Cuesta esperar tanto de un alguien y no recibir nada. La cantinela de siempre. Pues ea, arrea.

Entiendo que el disfrute es una liberación. El liberarse de comentarios, de clichés, el dejar volar frases, impulsos, ganas de gigante... Por mucho que topen con muros y caras raras, hay que reír para construir. Es así como en bonanza los restos ven en ti esa especialidad que tanto deseas proyectar. Te pertenece, te habita, pero cuesta sacarla al escaparate. Y no nos engañemos, vivimos en exposición y ahora en periodo de Rebajas por los restos (de almacén). La crisis tiene unas garras contra las que luchar se antoja difícil.

Y en todo el panorama, las divas brillan más, las compras lucen menos, los guapos se aceitean, las copas no chispean, el amor está en el aire y la duda en el tejado.

miércoles, julio 15, 2009

Navegantes

Vivimos sin previoaviso tantas cosas y personas. Somos en comunión, con o sin pecado concebido, pero somos y seguimos nuestro tránsito de la mejor manera posible. Y ante eso, la vida se complica para quienes huyen de las complicaciones. Se muestra injusta y esquiva, da bandazos y tropelías a seres que reciben el mal con una sonrisa de oreja a oreja. Son héroes de lo cotidiano, que saben lo que es levantarse una tras otra. Sin perder su compostura y sabiendo que el futuro es suyo. Mientras, otros, los más quejosos seguimos en nuestro ceremonial de confusión, de medias verdades, de deseos ocultos, de gritos silentes. Se hace tan cuesta arriba una situación así. El desequilibrio como máxima, la caída como final.

Pasan los días y la vida. Pesan los años, las canas por muy teñidas. Las arrugas piden paso que ni cremas radiantes y de oropel mitigan. Todo es una farsa, la de aparentar que, siendo menos. Y así los cálculos no son matemáticos, más bien patéticos. Como tantos de los que esperas y sólo recibes ausencias, noes y giros de cabeza. El fiarse se va acabar, las manchas quedan en el corazón más que en las tazas de cafés robados. Porque hay ladrones sin guante donde menos lo esperas. Los mismos que pueden causar un desespero grande o más. Una historia de no acabar, dada la tontunería e inocencia inacabada que vino para quedarse. Aunque esperemos que no hasta los restos y sí conozca fin.

Pero si esto tiene sentido es por la propia navegación. En el barco que nos conduce tenemos obligación de remo infinito. Lo de ir de señoritos a mesa puesta quedó atrás o en utopía a esos que se eligen para caer en aguas profundas. Aunque no es cuestión de incidir en esas profundidades luctuosas, preferible es quedarse en la brazada decidida de los que dan todo a cambio de nada. Nada que ver con otros que esperan y esperan, chupópteros sin remedio que se arrinconan y esperan la oportunidad de la caza en debilidad. No merecen ni letras ni lamentos. Sí lamento que haya quien se vea en el disparadero con infortunio. Ojalá que el tiempo levante tempestades y coloque según corresponda. Haría tanto bien. La mar espera. Y no en calma.

viernes, julio 10, 2009

Electo por defecto

Contra el poder de las elecciones insólitas, espontáneas, imprevistas y sentidas poco se puede hacer. Porque cuando manda el corazón la cabeza se aparta y el efecto de zumbido se distorsiona para mal. Y así el resultado final es de desquicie incontrolado, de escape necesario, de palabras tragaderas, de odios inusitados, de rabias piramidales. Todo porque el momento no se selecciona tampoco, toca y se sufre. Mamón.

A vueltas con el corazón entiritado, está claro que nadie decide el quién de su vida. En realidad una suma de circunstancias y características en riada dan como resultado un acercamiento a la figura amorosa. La misma que puede darte refugio en su cueva, que aletargarse o dejarse llevar por otros especímenes de manada, con ansias y necesidades bravuconas y temerarias. Así es como desde el otro lado de la realidad de latido infeliz asistes al ceremonial del otro contigo. O con los demás. Es duro el desubicarse cuando los extraños se apropian de ese ser que quieres en pertenencia. Pero no todo se puede verbalizar, ni poner el punto en i a tiempo. Así que puede acabar siendo tarde y las consecuencias duras de pagar. Tanto que ni la tarjeta platino resiste el mal mayor. Ahí, claramente, la elección es de fiasco absoluto.

No sólo se da el mal electo entre corazones por corazonear. Lo mismo sucede con los llamados amigos, término plural que se pluraliza frívolamente, como en una necesidad de tener cromos de colección. Cuantos más y más codiciados, mejor. Pero, otra vez (¡qué raro!) erramos al apropiarnos en entornos de otros indeseables, de pasabaporallí y mequedéparasiempre, en realidad personas que poco aportan pero mucho aprietan. Las que arrastramos cual lastre en sí mismo, todo sea por el bien social. Son los cuales hacen de la puñalada trapera su especialidad. Del chismorreo a destiempo su deporte favorito. De la tontainada su leif motiv. No puede ser. Se pegan cual tejido adiposo y ni la mejor dieta ni la máquina antikilocalorías más potente consiguen su disolución.

Se hace necesario pues el ver más allá de lo que pasa, cual infrarrojo futurible. Porque de otro modo seguiremos entre quesos dados para mal por seres que no nos convienen y que con tan malas artes se regodean en el sufrimiento de un tonto iluso que aún espera de la vida. Y de los vivos.

martes, julio 07, 2009

Exceso virtuoso

Los efectos de una semana orgullosa no siempre son buenos. El más es más se cuela en las entrañas y supone un choque complicado en el retorno de la realidad obtusa. Pese a todo, toca quedarse con el recuerdo de lo que fue y las ganas de lo que vendrá. Valorar que ahí fuera hay todo un universo de posibilidades y gentes que en suma pueden acabar con nuestro hastío. Y es que se hace muy necesario el romper la barrera y pulular entre seres de lo anónimo que dan vida a la noche como estrellas fugaces. En cameos de lo divino y de lo humano que al final dan sentido al todo. Gracias a esos pequeños momentos vale más que la pena el desvelo que supone en sí una fiesta de contraste, de cuerpos desatados, de desátames en grito, de venas anabolizadas, de tacones andamiados, de rímeles deconstruidos, de dudosos en busca de su verdad, de vicios sacados a paseo...

No me olvido de los reencuentros, de las risas espontáneas, de las sorpresas gratas y dulcificantes, del futuro por escribir, de los sueños que compartir y de las carrozas de las que liberarse, porque no todo debe ser el exceso en sí, la base es lo más importante, con la reivindicación por bandera. Arcoiris, cómo no.

jueves, julio 02, 2009

Categóricos

Una manifestación merece la ruindad y frivolidad que muchos abanderan. No caeré en el cinismo de negar la importancia del físico, diría más que de la mera atracción física como medio a plantear una historia / historieta / cuento de una noche de verano, pero el tema del olimpo de los dioses que se creen superiores me supera en redundancia. Eso de ningunear al resto (que no integran su clan anaboliante o derivados) y mirar por encima de sus hombros esculpidos me parece un desprecio hacia ellos mismos. No entienden que la belleza primeramente es subjetiva y después es relativa y temporal.

Quizá con la distancia que da el tiempo, las personas que pasan por nuestras vidas y las reflexiones que brotan por sí solas aprendan a valorar a los demás sin necesidad de esperar de ellos una portada de revista, un bicep estratosférico ni una virilidad kilométrica. Somos y aspiramos a ser algo más. Digo yo. Por eso sigo confiando en esos pocos que miran cómplices y te ganan en las distancias cortas. Saben teclear en el momento oportuno y del modo más encendedor, sin necesidad de vanagloriarse de su ser en demasía.

Aunque lejos de unos y otros, cuando el alma se ancla, se fija en unos ojos, unas artes, una personalidad única que todo lo tiñe de especial, es difícil hacer otro viaje y encontrar un copiloto a la altura. Porque el vuelo de la vida pide a ese que la negación impide. Aunque siempre los imposibles fueron algo más que un reto.