Estrenamos folio en blanco y 365 días para que nuestras
vidas nos sorprendan con una versión imperfecta, pero real. ¡Por un gran 2019!
lunes, diciembre 31, 2018
lunes, diciembre 24, 2018
domingo, diciembre 02, 2018
¡Sí a vivir!
Vivimos tiempos confusos, en los que atendemos lo absurdo y descuidamos lo importante. Hay que saber protegerse y no dar nada por hecho. El desconocimiento es un enemigo a batir y el placer pasa por cuidarse. Hagamos del lazo rojo una decisión de VIHDA. Afrontemos los miedos con información y empatía con quien sufre el estigma. ¡Aprendamos a querer y entender en positivo!
domingo, noviembre 25, 2018
Radiografía del malquerer
No imagino cómo tiene que ser cambiar latidos por golpes. Besos por reproches. Miradas por miedo. Querer es otra cosa. Porque el maltrato nunca debió tener un día en el calendario ni una lista infinita de lágrimas negras.
25 de Noviembre | Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
domingo, noviembre 18, 2018
Taras en bucle
Puede que las prisas nos lleven a
radiografiar demasiado rápido a las personas. O que la experiencia permita
identificar al vuelo cómo son. El caso es que llevo un tiempo compartiendo el
mundo de las taras, las propias y las ajenas, descubriendo que nuestro grado de
tolerancia es cada vez más reducido. Creo que nos perdemos mucho porque ese
aguante ha menguado infinito. Somos seres llenos de miedos, rarezas y
absurdeces que nos construyen, así que no hay nada malo en aceptar a los otros.
Está claro que es importante conocerse y conocer, pero también entender y
empatizar. Se nos olvida que las realidades cambian y muchas veces están
ocultas bajo capas de superación. Ese ejercicio de seguir, pese a todo o todos,
es muy sano. El recrearse no ayuda, por mucho que resulte un peaje necesario.
Los últimos meses han sido convulsos, intensos y creo que han supuesto un
aprendizaje que valoraré con el tiempo. Me quiero quedar con eso y hacerlo
extensible a los demás. Porque la vida nos regala momentos y personas que no
debemos relativizar, sino todo lo contrario. Para bien o para mal, todos somos
unos imperfectos tarados.
sábado, octubre 13, 2018
¡Maldito ladrón!
Hace tiempo que empecé a mirarme desde fuera y pude sentir
que no era quien me gustaría ser. Es más, no me reconocía. El maldito punto de
giro, la mala decisión que pesó demasiado, el entonces que lamento, una mala
suma que arrastro. El tiempo ha pasado (y pesado) demasiado desde entonces.
Menguando el yo que construí honestamente y desdibujándome hacia un ser
bastante triste. Reconozco que tengo mis momentos, que sé dar a ciertas teclas
para no hacer del drama mi telenovela íntegra, pero siento que la trama principal
ha mutado para mal. O peor. Voces ajenas, de gente decidida y valiente, asumen
que todo es decisión propia, que la realidad muta al antojo, pero lo dudo.
Asisto a mi infelicidad como espectador sufrido, ejerciendo de dramas. ¿Hasta
cuándo? Convivo con el pellizco y la duda, absorto en mi drogaína.
El monstruo
que me atropelló para siempre. Alimento su voracidad, incapaz de frenar el
exceso, la obsesión y la nulidad que impone al resto de facetas. No me importa
reconocerlo, porque de no estar en su jaula feroz, me empequeñezco más para
volverme del todo insoportable. Necesitaría un mágico equilibrio, saber vivir,
respirar y relajarme. ¿Por qué no te lo permites? ¡Reacciona! Es más, te lo has
ganado, podrás pensar. Pienso que son los miedos los que me bloquean.
Haciéndome ridículo, un desastre de dimensiones infinitas. Perdiendo mucho.
Demasiado. Y todo por no saber gestionarme y relativizar. Triste, absurdo,
patético. Todo y más. Obviando el egoísmo, por respeto al resto, por decencia y
dignidad propia, tendría que ser capaz de recolocar las piezas. De liberarme y
sentir, sin dobleces ni lamentos. Conozco la cara B y es dantesca, pero me
empeñó en serpentear por el vértigo. ¡Qué cruel! Ojalá pudiera retroceder y
reescribirme, porque he perdido mucho y temo que es tarde para actualizar la
vida que me robé.
lunes, agosto 13, 2018
Mi princesa guerrera
La vida te pone en el camino de personas que te dan mucho
sin pedir nada. Ella es así. Generosa y única, un ejemplo de buena amiga y
compañera entregada. Compartimos muchos momentos que no merecen ser escritos,
pero siempre sabremos valorar lo positivo y es que el tiempo nos hizo querernos
y entendernos. Siempre cabal, con la palabra precisa y el consejo más sensato.
Admiro su capacidad de reinvención y superación, sin perder la sonrisa por
mucho que la realidad haya querido torpedearla. Saca una fuerza infinita y
demuestra que no pierde su esencia, pase lo que pase. Es un gran ejemplo, pero
nunca quiso serlo. Porque jamás necesitó titulares ni primeros planos, ella se
conforma con ser y estar. Eso la engrandece porque sabe relativizar todo y
hasta tomarse a broma ridiculeces supinas.
Es auténtica por naturaleza, eso viene de familia. No
necesita filtros ni postureos. Quererla es fácil, porque su mirada tranquiliza
y te da la paz que esconde su nombre. Hoy es su cumpleaños, pero no necesito
motivos para reconocer y transmitir mi agradecimiento. Querida, has sabido
entender mis miedos, siempre cómplice y cariñosa. Saltamos del mostrador a los
días, con aliadas perfectas de caminos y brindis sin excusas. Somos así y así
nos apoyamos. Habrá kilómetros de distancia, aunque la emocional es cero cuando
nos vemos y el tiempo se evapora. Contigo quiero escribir capítulos enteros y
reír por tonterías que nadie entendería. ¡No nos importa! Lo importante es ese
vínculo que cual hilo invisible nos ata felizmente.
¡Te Quiero, Irena!
domingo, julio 01, 2018
Soy como tú
Hay miradas de muchos tipos. Unas te enamoran. Otras inspiran.
Algunas provocan instintos malvados y crueles. Muchas te perdonan la vida.
Tristemente, quedan de esas que te humillan con su golpe de vista. Me miran/nos
miran por ser diferentes. Parece que aún cuesta asumir que la libertad es
inherente a la persona y sufrimos desprecios por querer de otro modo. Ni mejor
ni peor, porque los sentimientos no deben cuestionarse, sean del tipo que sean.
Ni tengan un protagonismo fuera de la ‘norma’. Esa misma que por el mero hecho
de mencionarse no deja de ser absurda. Porque cada la riqueza está en la
variedad, en la capacidad de entregarse a la vida sin cortapisas. Estos días
estamos inmersos en la celebración de un Orgullo LGTBIQ que sigue siendo muy
necesario. Habrá referentes, armarios abiertos y visibilidad, pero no alcanza,
ni mucho menos, a toda la sociedad. Aún quedan frentes oscuros, de
discriminación e intolerancia.
Me ha alegrado mucho que en Santander se
celebrara la primera manifestación con una ALEGA al frente, mucho más que una asociación.
Un referente en la vida de muchas personas como yo. Hace muchos años alguien
querido me animó a cruzar las puertas de su Centro Arcoíris y pude conocer a muchos
iguales. Me emociono al recordar a aquel muchacho perdido, con necesidad de que
le escucharan y entender la realidad que empezaba a despertar ante sus ojos. Agradeceré
siempre aquella ayuda, las primeras piedras para construir mi identidad. Como aplaudo
la lucha incansable de tantas y tantos que han hecho del activismo en Cantabria
su constante. Que hoy en día pelean y logran ejercicios geniales como llenar
las calles con un autobús multicolor, cargado de pasajeros desbordantes de amor
y verdad. Imposible no recordar a quienes no están, pero desde su rincón en lo
más alto observan que sus consejos no cayeron en saco roto. O que una Leticia
Sabater haya puesto patas arriba el Río de la Pila con sus canciones
innecesarias, pero ese talante arrebatador. Que llenara esa cuesta imposible
también es una muestra de que otro Santander es posible.
Con más espectadores y las mismas ganas de mostrar
orgullosos su talento compartí el concierto de OT, en el Bernabéu. Que los
triunfitos sumaran discursos en positivo era otro motivo para celebrar que algo
está cambiando. Son la nueva generación de ídolos y sienten que esconderse
sería un error. Ya podían tomar ese camino más compañeros de profesión,
encerrados en jaulas y asustados por el qué dirán. Pues dirán que eres persona,
ames a quien ames. Como Cepeda al besar a Aitana. O Agoney al encogerse frente
a un frío Raoul. La piel con piel no puede pasarse como las páginas de un libro.
Ha de vivirse, aunque dé mucho miedo. Demasiado. Eso lo cuenta muy bien la
película, del todo recomendable, ‘Con amor, Simon’. Fue especial compartir cada
plano con alguien que nunca dejará de estar en el tráiler de mis días, pase lo que
pase. Y disfrutar de una historia que retrata a quienes nos pensábamos enfermos,
cuestionando esos pálpitos imposibles de frenar. Con momentos en los que
cuestionabas todo y hubieras firmado dar la vuelta a la realidad. Cruzar no de
acera, sí de pesadilla.
Porque no era fácil. Por mucho que tuvieras entornos en
positivo, había microhomofobias duras de asimilar. Con los años toda esa maldad
pasa factura y vuelve a martirizarte de la forma más tonta. Por eso es
importante dar pasos, reeducar, implicar y compartir que no es un delito poner
tu corazón a disposición de la vida. Con orgullo y pasión. No se olvida todo
ese tormento, pero no merecemos castigarnos por nada. Activemos el modo ‘A
quién le importa’. Así que aunque no esté en la multitud de Madrid los próximos
días me sentiré allí de espíritu. Celebrando con los míos esas fiestas sin
prejuicios, llenas de felicidad por ser. Y sí, soy como tú. Si lo dudas, te
invito a conocerte.
viernes, junio 29, 2018
¡Qué orgullo!
Sentir no se elige. Humillar, agredir, intoxicar y
despreciar, sí. Orgullo de tantxs que no pueden contar que la sociedad avanza,
pero aún tiene mucho camino por entender.
domingo, mayo 06, 2018
Palabras a una madre
- Amor
- Complicidad
- Entrega
- Valor
- Sinceridad
- Constancia
- Sentimiento
- Energía
- Superación
- Honestidad
Podría completar esta lista de la no compra, sí de la madre
que me sufre y me alienta. Ella que está en todo, entregada a su causa.
Haciendo familia y cuidando en todas las conjugaciones posibles. Ni yo ni el
tiempo hemos sido justos con lo mucho que representa, pero calla sin levantar
la voz. Y vaya si tiene derecho. Total. Porque se lo ha ganado y sigue
haciéndolo día a día. No puede evitar ser un corazón con patas, regalarnos a
los suyos lo mejor de sí misma. Escribo esto porque ha luchado porque sea posible.
En los peores momentos despertar y saberme a su lado fue siempre la mejor
medicina. En los mejores, su sonrisa de orgullo fue el mejor regalo. Y sí, como
canta una sabia, tenemos la mala costumbre de callarnos ese querer inexplicable.
Hoy parece un buen momento, pero cualquiera lo sería, para reconocer que el
suyo no es un papel de película es una saga de emociones. Por suerte, yo
disfruto de la historia desde la butaca, a tu lado.
¡Gracias por tanto!
sábado, abril 21, 2018
Apalabrado
Las lecciones más importantes de
la vida llegan sin pedir permiso. Suelen extraerse de una frase de paso, una
mirada comprometida, un gesto que lo dice todo sin mediar palabra. Caminamos
con la prisa de los días y nos olvidamos de lo importante que es pararse,
entender nuestro contexto y respirar. Este último, mucho más que un verbo de
primera conjugación. Nos sometemos a una presión injusta. Sufrimos cánones
absurdos. Bailamos con la más fea y olvidamos los pasos de la coreografía que
nos hace felices de verdad. Los noes pesan demasiado y los síes vuelan sin
apenas cobrar importancia. Esa matemática resulta mezquina para con nosotros
mismos. Dejamos que los miedos ganen la batalla porque afrontar los ‘y si’
puede tambalear todo lo que somos. Si es que somos algo. Es una pena dejar que
la duda nos mengue y acabemos con un balance triste de nuestra realidad.
Hagamos apuestas sin pasar por el Casino, llevadas por las emociones. Esas que
teclean estas líneas sin más fin que despertar corazones.
jueves, marzo 08, 2018
Ellas
Únicas. Trabajadoras. Valientes. Decididas. Capaces. Enérgicas. Responsables. Inquietas. Soñadoras. Inspiradoras. Motivadas. Eficientes. Creativas. Pioneras. Artistas. Sensibles. Tenaces. Sinceras. Altaneras. Preciosas. Orgullosas. Bravas. Emotivas. Impulsivas. Melancólicas. Románticas. Emprendedoras. Confiadas. Entregadas. Pasionales. Cariñosas. Prudentes. Miedosas. Irremplazables. Excéntricas. Misteriosas. Sensuales. Espirituales. Simpáticas. Incansables. Genuinas. Polifacéticas. Sabias. Prácticas. Rebeldes. Comunicativas. Estudiosas. Líderes. Estilosas.
Llenaría hojas infinitas describiendo todo lo que os hace especiales. Pensando en alguna de mis musas, para trazar esa mujer ideal que no existe, ¡ni falta que hace! Porque cada una de vosotras representáis esa esencia que os hace ser y estar. No entendería mi vida sin el femenino plural que me define. Agradezco al matriarcado que me crió y luchó contra imposibles. A las guerreras silenciosas que dieron su vida por una sociedad más justa. A las miradas cómplices que me han acompañado, incluso en los mejores momentos. A las que están por llegar y, espero, sean libres de prejuicios y lastres absurdos. Necesitamos vuestra mejor versión y os merecéis ondear vuestras capas como heroínas de lo cotidiano. Gracias por tanto. No me cansaré de reconocer vuestro papel protagonista tantas veces como sea necesario. Como necesarias sois. En cualquier contexto. Así que vuestra lucha también es la mía y la de tantos hombres que no entendemos la realidad sin nombre de mujer(es).
miércoles, febrero 14, 2018
Descorazonado
La radiografía emocional no entiende de fechas, sí de
latidos. Encogido entre sus miedos e inseguridades, espera su momento feliz.
Hasta entonces, ¡sangra sin remedio!
¡Un #microcuento por San Valentín!
domingo, febrero 04, 2018
Si Goya levantara el cabezón...
Los Goya habrán dejado resaca a los invitados a la fiesta,
porque lo que es al público, me temo que cero. Es más, la sensación global, a
juzgar por lo leído en redes, es que ha sido la peor de los últimos tiempos. Y
eso que ninguna brilló especialmente, hasta donde mi memoria me alcanza. La
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (como Rosa y Amaia)
se ha empeñado en poner a cómicos con tirón al frente del espectáculo y el
resultado no acaba de conectar. Ni con la propia industria, ni con los espectadores.
Es una pena, porque hablamos del acontecimiento peliculero del año, un
escaparate para los profesionales de los planos, de los más invisibles a los de
escarceos hollywoodienses. Con la oportunidad de reencontrarse y hacer
contactos, que ya sabemos que la cosa creativa está muy malita. Y a nivel
popular, la ocasión para descubrir algunos filmes que siendo nacionales no
siempre tienen la mejor promoción. El caso es que por muchas ganas que pongamos,
nos quedamos en una copia barata de los modelos engalanados de los americanos.
Ayer, la alfombra roja fue muy pobre, salvo algunas actrices que supieron dar
el punto excesivo al evento, muchos diseños se quedaban insípidos. Penélope
destacó, como siempre, por ser ella, con su halo incorporado y esa sensación
expresiva de estar de paso. Ha perdido aquella chispa de ‘La Quinta Marcha’,
esa que su hermanísima no tuvo jamás. Aunque es de valorar que, pese a su
nominación, apunte esta cita en su calendario y se pasee del brazo de Bardem
para dar caché al show.
La escenografía sí me gustó, con el juego de los telones de
entrada y salida, las lámparas vintage en diferentes modelos y alturas, las multipantallas
de mirada inquieta. Aunque fue salir Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes para
sentir que todo chirriaba. Su guion era un ejercicio chanante con poco fuste.
Impropio para una ceremonia de aspiración ‘sobresaliente’. Sus juegos mutuos
resultaron tontos y las presentaciones por película muy largas. Se notaba el
estupor del patio de butacas, quizá imaginando la ristra de críticas que no
podrían esquivar. Ni el recurso de los vídeos fue lúcido, porque lo de Karra
Elejalde en versión agradecimiento extendido poco aportaba o el vídeo de los
actores con pelucón a lo Raffaella Carrá fue sosísimo. El transcurso de los
hechos posicionaba los titulares del lado de ‘Handia’ y sus dos manitas de
cabezones. Así como la inclusión constante del euskera, bien traído en el gag
del euro con la librera de Coixet. La misma que ejerció de ella, entre ingenua
y estudiada de más. El humor de verdad lo puso un Brays Efe en estado de gracia
con su ‘Paquita Salas’. Aunque el monólogo de la representante quizá resultó
excesivo para sus no fans, esa espontaneidad bien entendida cautivó por
derecho. Tanto como Julita Salmerón, desbancando a Carmina como la madre más
total del cine patrio. Esta mujer se merece un reality, porque su verdad
engancha. Su discurso fue de los que se recuerdan, porque otros se quedan en una
sucesión de tópicos sin chicha. No así el de Nathalie Poza, un actrizón que
supo colar la reivindicación propia y colectiva, con total emoción y
personalidad.
Porque el discurso generalizado sobre el feminismo no acabó de
convencerme. Está bien que se hable de una realidad injusta, pero no sé si es
el lugar ni la forma. Algunas intervenciones al respecto parecían más
efectismos de abanico que compromiso real. Ojalá que cualquier persona pudiera
expresarse y cumplir sus metas sin ninguna condición. Eso sí, pondría unas
cuantas a los entregadores/as, porque una gran mayoría más que estar a la
altura del encargo, lo hizo de pena. Se espera de nuestras estrellas gracia,
improvisación, sumar a la causa. Un ejercicio que Marisa Paredes bordó, aunque se fuera de tiempo y amnesia. Me repetiré, pero en noches así echo de menos
las galas pomposas, los marcos incomparables, las parejas imposibles y los
looks de brilli-brilli supino. El postureo viral ha matado esa viveza
necesaria. Los Javis hubieran bordado todo eso y más, pero estuvieron en un
perfil bajo, a la espera del premio que no llegó. La canción de Leiva es brutal,
aunque esta película milagrosa se merecía más reconocimiento. Tengo que
aplaudir el número de Marlango, introduciendo los temas nominados. La
delicadeza de Leonor conquista y es de agradecer que esta apuesta musical fuera
seria, no una coreografía maltrecha o un rap de Resines.
Espero que los mandamases de la cosa fílmica se recuperen de
la party pronto, todo sea para que estudien otras posibilidades para contar y
celebrar nuestro cine tal y como merece. De lo contrario, la nominación y
expulsión directa llevará sus nombres. Ahora todos a ver ‘Handia’, que muchos
no sabían ni que existía…
miércoles, enero 17, 2018
Escape
No tengo tatuado eso de que 'Nadie dijo que fuera fácil'. Sabemos que vida no hay más que una. Que estamos de paso y, en efecto, todos los días sale el Sol. La lista de tópicos existenciales se antoja infinita, como los momentos en que destruiría la realidad. Sin medias tintas. Explosión de alto alcance y aquí no ha pasado nada. El caso es que, como intenso reconocido, doy vueltas al estado de las cosas. Las mismas que siento están en crisis total. En primer término las mías, como una suma de pésimas decisiones. La peor, errar en la prioridad y arrastrar un vacío que pesa demasiado. Pero si miro hacia otros contextos, incluidos los ajenos, el balance no es más esperanzador. Estamos enfermos. Algunos con diagnóstico y medicación crónica. Otros, ahogados en la ignorancia de su dolencia. Las listas de espera médica son la risión, en términos comparativos, si se valoran todas las maldades sostenidas. Interesa poco el parar y cuestionarse, porque los complejos o los egos nos impiden hacerlo.
Quizá mi defecto sea pensarme demasiado. Ejercitar la introspección, verbalizar mi torrente de desquicies. Lo prefiero a maquillar mi verdad. Podría vivir una historia de imperfecciones perfectas, de sonrisas enlatadas, de heridas por cicatrizar, pero sería engañarme y mostrar una versión distorsionada de mi esencia. No me lo merezco, ni tampoco las personas que, voluntariamente, han decidido acompañarme en mis días, soportar mis ausencias, tolerar mis silencios y amortiguar mis golpes. Reconozco que me busco y no me encuentro. Que mi alegría de vivir se ha tomado vacaciones con varias escalas y un equipaje descomunal. Ansío su retorno, que me dé la vuelta cual calcetín y me rete para continuar en positivo. Lo necesito, más cuando escribo esto en un lugar que no me corresponde. Del que quiero escapar sin mirar atrás y olvidar que mi momento no me pertenece. Ojalá que algún día pueda teclear con la pasión que me define. Entonces me reiré de los lugares comunes y disfrutaré del mío propio.
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