¿Qué fue de mi ingenuidad
emocional? Pasan los años y la realidad me obliga a cuestionar mi idealismo
romántico. Las nulas experiencias, la toxicidad del corazón y la crisis del
mercado merman cualquier esperanza de encontrar un amor real, digno del
preciado color azul. Si sumo testimonios, palabras, circunstancias de parejas
cercanas me distancio con temor del túnel de las relaciones. No acabo de ver la
luz al final de su recorrido y no será por ganas. La incomunicación que tanto
mal está haciendo a nuestra sociedad se ha apoderado por completo del mundo de
los ‘enamorados’. Silencios, mentiras, cuentos, manipulaciones varias no deben
entrar en el juego del querer. No es por caer en el pesimismo, pero no quedan
muchas personas que te miren a los ojos y aspiren a perderse en la noria de los
días. Prefiero asumir este tremendismo que coleccionar cromos de amantes
pasajeros, prestidigitadores de la emoción fugaz, de piel a piel. Y luego la
nada. El adiós o ni eso. Devoramos la frivolidad, cultivamos los cuerpos como
lechugas, rebosantes de hojas pero manchadas de tierra. Hay que filtrar y
depurar cualquier ingesta pseudoamorosa. Porque corazón solo hay uno y no es de
piedra. El museo de los que se besan regala muestras insólitas cada día. Pares dispares,
otros no tanto, de película. Todos sirven para accionar el mecanismo fantástico
de la ensoñación. Del tú y yo por escribir. Por conocernos. Por fusionar
horizontes, lunas y plurales. Si existes, razón aquí.
martes, agosto 28, 2012
lunes, agosto 20, 2012
Código AMOR
Abrió los ojos. Habían pasado
diez años. Para ella fue solo un instante. Pero algo había cambiado. Todo. La película
de su vida se aceleró hasta llegar a ese momento. No entendía qué hacía allí, en
aquella cama incómoda, protagonista de una habitación insípida. Quiso abrir su
mirada con un parpadeo ansioso. Hasta que lo vio. Él. Dos letras que tanto
habían inquietado sus días. Notó el paso del tiempo en su rostro. Las preguntas
querían abrirse paso entre respuestas, pero seguía entubada. Presa del destino.
Entonces el fantasma de la irrealidad se acercó a su rostro y sintió la
compasión, la misma que siempre había rechazado. Quería sentirse única,
especial, deseada. Y siempre resultaba minimizada por su sentimiento. Ese querer
inmenso la aprisionaba frente a sus silencios y a tantos miedos. Una secuencia
de película que se la antojaba indigna. ¿Después del sufrimiento queda más
sufrir? Pasaron las horas y la verdad siguió dilatándose. La culpa se fundió
con un sentir dormido. Ella siempre había descubierto sus cartas mientras él
temía no estar a la altura de la partida. Aquella noche pensaba abrir su
músculo cardiaco, impulsado por los besos al aire, cansado de los bandazos de
amor no correspondiente. Y pasó. El golpe, los nervios, sonido de ambulancias,
las dudas… y el tiempo. Así no te quiero. Frase de duelo y rencor. Rechazaba la
posibilidad de un amor en circunstancias. De rebote. La cobardía pudo con él. Ella
naufragó frente a la verdad. ¿Por qué el amor huye? ¿Por qué los latidos no se
descodifican fácilmente?
sábado, agosto 11, 2012
Objetivo Coherencia
Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. Definición
académica de tal cosa, la coherencia, que en sus manifestaciones comunes queda
deshinchada. Quizá por nuestra falta de constancia o valor para afrontar
circunstancias, palabras, dramas o miradas. Nuestra cobardía frente a la
realidad rebaja cualquier intento de resultar coherentes. Vendemos humo y nos
reducimos a cenizas. Resultamos una gran mentira, una estafa para nosotros
mismos. Traicionamos nuestro discurso, nuestros sentimientos y nuestro proyecto
de vida muchas veces por una suma de sinsentidos que después arrastramos. Ahí
coherencia cero. Necesitamos el coraje de afrontar los días con decisión,
escuchando nuestras necesidades y plasmando eso en nuestra hoja de ruta. Por desgracia
las circunstancias y el eje del mal pesan mucho y siempre acaban condicionando
nuestra esencia. Basta ya de plegarnos a lo políticamente correcto, si es que hay
corrección en cualquier término vinculado al hecho político, aunque sea una
pura expresión. Aquí estamos nosotros y el universo de posibilidades con el hoy
como horizonte. La opción de escribir nuestro destino no podemos dejarla en
manos ajenas. Así boicoteamos nuestro yo, el eje que debe guiar nuestros pasos.
Cuando nos plegamos y relegamos a un baúl de objetos perdidos los perdidos
somos nosotros. Encontremos el sentido a la coherencia que empieza en uno mismo
y luego tendremos las claves prácticas para extenderla a los otros. Si la red
coherente se extiende seremos todos mucho más proactivos, eficaces, auténticos
y, finalmente, felices.
sábado, agosto 04, 2012
Desfrasado
En la virtud de la soledad encuentro mi refugio.
Conservo fotogramas de vida al tiempo que colecciono
susurros.
Alimento el idealismo porque pienso que no todo es lo mismo.
Camino desafiando mi mañana con la respiración entrecortada.
Si giro en la esquina un quizás bastará para sanarme.
Hablo, grito, callo multiplicando la sintaxis de lo
cotidiano.
Rechazo a los hijos de la gran fruta, víctimas de la
putrefacción. Caducad, malditos.
Entender no es aceptar sin excusas.
Córtame las etiquetas o la lío como Amancio.
Mi corazón late porque tiene tela. Deshilachada, pero la
tiene.
Hay amigos que se prefijan en negativo cuando te vas al
baño.
Más vale onanismo emocional que autoritarismo placentero.
Vuelvo sobre los pasos de mi pasado para saber quién soy.
Tengo un máster en decepciones y sumo sonrisas falsas
proporcionalmente.
Encuentro la emoción en cada tecla. Mi terapia. Gracias.
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