martes, septiembre 15, 2015

Isabel fuma Nobel



Hace tiempo que el mundo del corazón estaba pidiendo a gritos algún latido de más, para llenar minutos de tertulias y conversaciones de peluquería. Hemos pasado una crisis de personajes e historias de segunda, demasiado contaminados por el submundo televisivo y sus criaturas de estercolero. Terelu tranquila, lo tuyo es otra historia. Pero, cual heroína de lo rosa y el baldosín, Isabel Preysler ha sabido mantenerse y dar carnaza en el momento más inesperado. Después de ser la mujer florero y ambiciosa por excelencia, se pensaba que explotaría más su faceta de viuda de… Pero no, ella necesitaba reconstruir su emocionario y encontró el latin lover perfecto. Así, lo que muchos han bautizado como Jurassic Love, se ha convertido en el dime y direte de otros tantos. Tan excesivo como inaudito, este amor ha sorprendido por lo incongruente de las partes. Una ex, de sangre y apellido, enfadada y enterada por los medios, unas hijas de portada y declaraciones previopago, unos hijos empajaritados encantados de la cobertura, el silencio elegante de la reina, los primeros tweets del escritor… Al tercero ya anunció su boda para el año que viene y el director de la revista del saludo se frota las manos.

Más allá del luto y del divorcio de aquella manera, aquí la edad juega un papel muy importante. Yo defiendo que el querer nada tiene que ver con el DNI de sus protagonistas, pero me resulta curioso el hilar fino de la socialité filipina de frente prominente. Sé que su círculo es tan de jet y todo eso, pero esta capacidad para superarse en el cónyuge y su billetera me resulta dudosa. Puede que, en la sombra, esta esbelta y elegante señora se haya dado a la pasión con fontaneros, camioneros o taxistas, pero su CV está marcado por su exquisitez horizontal. No creo que lo necesite para mantener sus contratos publicitarios, parece más una perversión personal de encamarse con hombres de nombre importante y dar envidia a todas las cuquis, pituquis y filuquis de su exquisita urbanización. Una pregunta que no puedo dejarme de hacerme, en una de las primeras citas, ¿haría una visita guiada al Premio Nobel por cada baño de su casoplón? ¿Habrán dejado que la lujuria se desatase, piel con piel, entre tanto lavabo VIP? El otro día en Nueva York brillaron con luz propia y dieron discursos épicos, escenificando un poderío y un magnetismo, sólo apto para las casas reales. La suya se escribirá en grandes párrafos, hasta que ella vuelva a sobrevivir a su amigo/amante y emprenda una nueva búsqueda de compañero de exclusivas. Ambrosio tiene mucho que decir sobre esto… 

martes, septiembre 01, 2015

Sin uvas no hay paraíso



Anoche no tuvimos capa de Ramontxu, doce uvas, champán ni lentejuelas. Pero quien niegue que asistimos a la auténtica NocheVieja, poco asume en sus carnes el calendario. Y es que hoy, 1 de Septiembre, comienza el año nuevo. El real, sin dobleces, con toda su carga de propósitos, ilusiones, retos, ansiedades y ese largo etcétera que cada cual escribe en sus agendas. Es ahora cuando nos planteamos todas esas tareas pendientes, esos idiomas imposibles, esa lucha contra la lorza, esas conquistas aún sin nombre… Aspiramos a voltear nuestras carencias, jugamos con la idea de encontrar nuestra mejor versión, esa que siempre nos queda pendiente de escribir. Y, queramos o no, entramos en un bucle complicado. O no conseguimos ese listado kilométrico y nuestra frustración se torna en ansiedad. O bien nos pasamos en redefinir nuestro yo y la tontunez nos despista inexorablemente. Así que más vale tener cuidado y no  ser presos de estos anhelos de otoño incipiente.

Cierto es que llega un momento que incluso esta fecha pierde esa inercia genial, la de los días marcados, el uniforme, la mochila y demás complementos del buen vivir. ‘A primera experiencia’, citando a un sabio, reconozco que hace tiempo que me despedí de esa corriente y me enfrento a un nuevo mes nueve con incertidumbre. Ahora más que nunca. En mi ‘despacho’ casero pesa la hoja en blanco, la duda y el dolor de un contexto difícil. En el que buscar trabajo se convierte en un videojuego de misión imposible y hablar de estabilidad parece un mal chiste contado a destiempo. Me encantaría vivir despreocupado, no dar importancia a todo lo que me atormenta, reírme sin miedo ante tanta absurdez, pero me cuesta. Y mucho. Me pienso y miro atrás, orgulloso de tanto esfuerzo, consciente de los altos precios que tuve que pagar, aunque parece que no fueron suficientes. Así, con todo esto, me da mucha pereza este Septiembre que viene a agitar los días de tantos y las conciencias, supongo, de otros. En mi caso, me hace algo más pequeño. Y eso me da mucha rabia, lo reconozco.