martes, enero 28, 2014

Sentirás volar



Cuando se secan las lágrimas pensamos que ya no hay modo de expresar el dolor. El vacío que provoca tuerce nuestro rostro, congela el alma. Así, arrastrando la injusticia impropia de lo que fue, se pierde toda energía interior. Es momento de dejarse atrapar por la magia y entender que las alas vienen para quedarse. Lo pude comprobar en la exposición Mujer Mariposa, hasta el 9 de Marzo en La Posada del Dragón (Madrid). Escalón a escalón ascendí a un universo de sensibilidad y delicadeza únicas. En este contexto de prisas y hastíos, conviene pararse y entender el valor de las imágenes. Cada fotografía es un canto a la libertad bien entendida, a la feminidad como impulso y reivindicación en positivo. Frente a los noes y los obtusos, las artistas proponen un viaje cuasi infinito. A cada mirada corresponde llegar a ese más allá. Las mariposas aladas no son más que el hilo conductor de un escenario tan imaginario como dolorosamente real. El juego de la luz inquieta como atrapa, pero a nadie dejará indiferente. La piel allí contada traspasa y se siente próxima. Tanto que quieres acariciar su textura y recorrer en silencio su bella dimensión. Cada objetivo muestra sin juzgar, abrazando la esencia mística y frágil de sus protagonistas. El propio ritual que allí se crea invita a reflexionar con la voz interior y ascender a la verdad de quien narra la vida. La misma que se escapa entre nuestros dedos, escurridiza y emocional. Los miedos paralizan frente a las alas majestuosas, reafirmación perfecta del yo herido. Del mismo que tiran las cómplices voladoras, hechas a sí mismas con la determinación de su salvación. Mis palabras son humildes trazos de un todo que llena y acciona la necesidad de hacer de los días un ejercicio de honestidad. Costará limpiar de toxicidad nuestro esqueleto socio-sentimental, pero se puede y se debe. Volando, mariposas mías, llegaremos lejos.

Pd. Mi enhorabuena especial y sentida a mi admirada CaraMela Revuelta (autora de la imagen). Lo que ven tus ojos alimentan nuestras emociones siempre. No cambies.

Mujer Mariposa
hasta el 9 de marzo 2014
La Posada del Dragón
Cava Baja, 14 (Madrid)
posadadeldragon.com

jueves, enero 16, 2014

Me estoy quitando



Cada día somos más tecnológicos y nos volvemos menos lógicos. Perdemos realidad a cambio de apostar la mirada en pantallas. Hace un tiempo que me quema, y mucho, la dependencia al teléfono. El aparato útil, que ocupaba un lugar privilegiado en nuestras casas, se ha convertido en nuestra extensión allá donde vayamos. Un estudio revelaba estos días que miramos una media de 150 veces nuestro móvil en el tránsito de 24 horas. Yo confieso que seguramente las supere y me preocupa. Por mucho que quiera 'quitarme', se complica cuando muchas relaciones laborales y amistosas se circunscriben ya sólo a través del dichoso smartphone. Se está perdiendo el valor real de la palabra, todo va muy deprisa y prestamos cero atención a nuestros mensajes. Los que escribimos y los que contamos. Mal camino, más para quienes confiamos en el poder de la comunicación en positivo. Hemos cambiado los cafés y las miradas por textos exprés ilegibles. Las quedadas en grupo por chat colectivos de desmadre, que me levantan auténtico dolor de cabeza. Me quitaría de todos, pero tampoco quiero parecer un raruno. Como seres sociales no podemos renunciar a la esencia del entendernos, del sabernos cómplices y sentir la piel. Lo demás son meros adyacentes, complementarios pero nunca exclusivos. Ahora se hace hasta raro tener una conversación telefónica, asimilar la entonación, el sentido y la personalidad de cada charla y/o charlante. En la limitación telefónica se crea confusión y se pierden detalles, muchas veces esenciales.

Lo peor de todo, a mi juicio, son los ejercicios de mala educación que cometemos por ese victimismo pantallizado. No es posible prestar más atención a lo que nos vibra que a la persona que comparte nuestro tiempo. Eso está muy feo. A nadie le gusta que le ignoren pero así, a la cara y con descaro, queda fatal. Escuchando la radio contaban muy sorprendidos que un miembro de su equipo no tenía terminal y se hacía imposible localizarlo... Fuera de su horario de trabajo no tiene que estar supeditado al control. Pero claro, parece un extraterrestre al renunciar a su movilidad. Yo no llego a fantasear con ello, porque en momentos de ausencia de mi pequeño ¿hola, qué tal? lo he pasado francamente mal. Aunque sí asumo la necesidad de rebajar esa ansiedad y cuidar las relaciones interpersonales fuera de redes sociales y whastappeos espontáneos. Me entrego, por tanto, a disfrutar de momentos y contextos que hablen por sí solos. Sin melodías ni pitidos personalizados.

¿Cuándo quedamos? 
   

martes, enero 07, 2014

Encantado de conocerme



Llámalo momento. O quizá contexto. Puede que instante. Sea como sea, sumamos retales de realidad que nos hacen personas. Algunas buenas y algunas, algunas... No podemos abstraernos de la fuerza de las emociones, de los sentidos bien entendidos, del querer de latido feliz... Nos empeñamos en perder energías en tonterías varias y anulamos el verdadero motivo que nos impulsa. Tras fechas entrañables o todo lo contrario, escenificaciones impúdicas de falsedad, materialismos a golpe de tarjeta, comilonas fuera de báscula... retomamos el mundo de lo cotidiano, nuestro particular circo. En pista, bajo los focos, parecemos nuestra peor caricatura. Desdibujados por egoísmos y absurdeces enquistadas. Presos de un guión de propósitos, de esperanzas y patrañas de autocomplacencia. No quiero caer en esta trampa de miradas equivocadas, de evidencias tapadas para no afrontar la verdad. Me niego a ser bufón de cortes injustas y catetas, venidas arriba por la fuerza de la ignorancia. Quererse es sinónimo de diálogo con uno mismo, sin más doblez que el de la sábana que duerme los sueños. Las esperanzas no son suficientes sin el auténtico empeño de apostar por el yo. Dos letras y el infinito por escribir. Seré yo quien se salga de los márgenes, en caso de emergencia, insolencia o descuido. Mi autor de párrafo largo, con sintaxis juguetona y verbo del revés. Lo seré por elección, no por imposición fatal ni corriente social. Echo fuego por verme estático, imposibilitado por las circunstancias. El no ya no es tal, sino una opción más de voltear las cosas. Creyendo que los días son mi lienzo particular, daré el brochazo de mi impulsividad y estamparé mi firma. Al precio que sea. Imputados serán los desconvocados a la fiesta, los jetas vacíos de contenido. Mis sonrisas no serán su juicio, sólo mi supervivencia.

Hola, ¿qué tal año nuevo? Un placer conocerte, pero más conocerme... 

jueves, enero 02, 2014

3,2,1... 2014



Que las palabras nos pillen por sorpresa... ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!