Queridos treinta y todos, me sumáis espero que para bien. Os
pido que me devolváis todo lo que me habéis arrebatado. Y allanéis el camino
hacia la cuarentena. La numérica, que ya sufrimos la otra sin remedio. Espero
celebrar la vida porque, sinceramente, somos mucho más que un número.
Y siento que será libre de toxicidad, restando con
sentido(s) y anulando los (malditos) dramas para protagonizar comedias. Cumplir
es vivir. El ahora de ese tiempo que corre cual olímpico. No pido más regalo
que ser yo mismo. Eso que de niño construía sin esfuerzo y que con los años se
ha desdibujado tristemente. ¿Bienvenidos, 39?