Entierro tus ausencias, encierro mis dolencias.
Huiste con tu alma agrietando la mía, pero no conseguiste apagar su latido.
No consumo tus migajas, tan poco nunca fue suficiente.
Pululas cual fantasma, pero sólo agitas mi desconsuelo.
Robas el sentido a las palabras que en nuestro ayer eran mañana.
No habrá otro yo, y entonces yo seré otro.
Lo tuyo no tiene nombre y el tuyo fue sueño, hoy ceniza.
Lamentarás la resta, sumaré ligero de equipaje.
No habrá más quizás, sabrás lo que es ahogarse en porqués.
A ti cobarde, perdiste la oportunidad y mi querer clama otra parte.