viernes, abril 17, 2015

Adiós, contigo



El sinsentido se llama tú. Desde que apareciste con esa media mirada, esa media sonrisa, ese medio querer… supe de mi condena, pero quise convencerme de mi seguro contra terroristas del corazón. Callabas, observando a todos, pero entreteniéndote en mi enganche. Era incapaz de apartarme de ti. El más mínimo roce con tu piel era suficiente para alimentar mi fantasía. Nos veía lejos. Felices. Plenos. Ajenos a tanto. Ausentes de todos. Nos terminábamos las frases como en un juego iniciático de enamorados, en ebullición y construyendo su dos en uno. Necesitaba esos pequeños momentos, entre el grupo, pero saltando el espacio/tiempo para susurrarnos nadas que decían infinitos. Presumías de madurez y despertabas mi necesidad de protección. Te habrían contado mis taras, pues parafraseabas cada remedio eficaz. Mi estructura de vida se ponía a tus pies por momentos. Mi salvador. El destino hecho media pieza de fruta amorosa, fresca, vigorosa. Desaparecían las dudas, las contradicciones, el caparazón histórico. Iluminabas cada paso que a dúo se antojaba una polisemia rica, vibrante y sabrosa. Como imaginaba tus labios. Tan rítmicos e insinuantes, cómplices y socarrones. Conseguiste que mi cabeza desacompasara con los latidos cardiacos. Locos y en fulgor de ti. Escribiste emociones nuevas que no sabría trasladar a palabras. Era tanto y tan genial lo que en mi provocabas que lo nunca imaginé es que fueras preso del miedo. Que te replegaras y escondieras bajo esa careta. Acopocado, incauto, desdibujado frente a mi verdad, que era la tuya. Mi discurso menguaba tu fuerza. No era consciente de que fueras a reaccionar así. Me hubiera tirado a la piscina sin agua, por ti no habría reto imposible. Pero si lo hice fue en respuesta a esas señales, esas pistas que dosificabas para alimentar mi ansia. No eran imaginaciones mías. ¿Sabes? Se acabó el pensar que eras mi antídoto frente a la infelicidad. Digo adiós a malgastar energías ni mi tiempo contigo. Porque el contigo ha mutado en conmigo por siempre jamás.

¿Qué tendrá el desamor que tanto inspira? Estas palabras no tienen dueñ@, ni fecha en el calendario. Sí múltiples protagonistas de testimonio compartido, ¿no es cierto?