lunes, septiembre 08, 2008

¿Qué me pasa, doctor?

Coloquialmente, un workahólico o por su nombre orginal en inglés, workaholic es una persona a quien le gusta, ama y es adicta al trabajo. No hay una definición médica para tal condición. Sin embargo algunas formas de estrés, y desórdenes de personalidad obsesivos-compulsivos pueden estar relacionados con el trabajo.

Así es como define la wikipedia mi problema de nada o todo, que me tiene atacado de la vida y el desamor hasta en mis vacaciones exprés. Es una pena que sea incapaz de generar el modo off y que en tiempos de libertad horaria y descompromisados siga dándale a la cabeza, más vueltas a la agenda y a la creatividad con ánimo de no sé dónde irá a parar. En un estadio permanente de laboriosidad que impide otras bondades y divagaciones necesarias pero de difícil consecución. Pero me asumo y son ya muchos años como adicto a eso que ocupa mis horas y gestiona mis días. Con la duda como compañera de viaje y el folio en blanco como testigo impertinente del paso del tiempo y las vivencias. Y en días pasados, lejos de mi rutina seguían su acoplamiento intrínseco a mi verdad. Ante la incredulidad ajena, por las posibilidades de los restos de saber diferenciar momentos y prioridades, pero cuando uno está superado y sólo piensa en volver a ejercer de sí mismo, el problema lo es y con mayúsculas.

Quizá sea mi nulidad individual y de grandes episodios de esto o aquello lo que me haga caer en la piedra de la necesidad o la cúspide trabajadora. Así fue en otros restos y se mantiene hoy por hoy. Pero no me culpa, no encuentro la vía de escape necesaria o el motivo más que suficiente para recolocar las piedras de mi vida y gestionar lo mejor posible ese camino que tanto me trauma. ¿Es grave, doctor?

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