domingo, diciembre 13, 2009

Paripés en suma

No es un juego interactivo de petición masiva esta Navidad, ni un plato de nueva cocina con que vaciar el estómago, sólo el reflejo de cómo nuestra realidad se va poblando de historias y personas de dudoso gusto y veracidad para regocijo de quienes asistimos a su ceremonia de la confusión. Está claro a estas alturas que la verdad no vende, por eso muchos se afaman en autoconstruirse y, lo que es peor, sumar adeptos y elaborar un conjunto que se cae por su propio peso. Relaciones que son sin serlo, otras que no lo son y lo parecen patéticamente por la necesidad imperiosa de gustar y dar que hablar, ejercicios de divismo colectivo entre bociferios y pataletas para destacar entre la decoración, calladas por respuesta para mantener halos de misterio malamente gestionados, sonrisas de todo a un céntimo para cumplir vagamente, amistades de conveniencia y tontería subida... Parece la historia de siempre y puede que lo sea...

Lo que está claro es que haciendo cálculos este panorama invita a apearse y seguir otra ruta menos peligrosa y contagiosa. Porque sin querer el efecto rebote se da y puedes salir peor parado que los dueños de su propio paripé. Toca la conversión antisocial, una limpia de contactos y emociones. Sólo así se puede evitar no entrar en filas del ejército de la mentira integrada. Que no, que no... Los parias para quien los quiera.

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