domingo, marzo 13, 2011

¡Corten!

Que no, que no, que no. No acepto este papel ni a la de tres. Tanto método Stanislavski, tanta gaita para verme relegado a este secundario ramplón. Descafeinado. Simple a la par que encorsetado. Un auténtico marrón. No quiero que mi carrera tome estos derroteros. Pasar de las luces de neón a los focos de refilón es un golpe certero. Me siento un despojo, olvidado y desgastado. Títere en manos crueles y preso de un elenco de malos hechos protagonistas. Esta película no va conmigo. Las risas enlatadas, los decorados de pichiglás son una broma pesada. El peor castigo por nada. Por querer triunfar con verdad, ganas y esfuerzo. ¿Por qué la industria se ceba con los débiles y ensalza a los cuervos malolientes? Dientes, dientes. No podrán conmigo. Pero yo me apeo. Mejor lejos que víctima de serie B.

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