martes, septiembre 22, 2020

Romeo veraneo


Sabes que odio las despedidas, pero sentía la necesidad de abrirme del todo contigo. Te imaginé diferente. Sabía que eras esquivo, aunque sorprendentemente en el duelo entre ciclotímicos tuya fue la victoria. Serpenteabas entre días de luz apabullante y otros de oscuridad supina. Nos rebozamos en arenas para recordar, con el salitre como testigo en la piel. Perdimos besos, cómplices, paraísos y tantos latidos callados. Puedes huir, pero siempre habitarás mi memoria. Por derecho, por ausencia. ¡Adiós, verano, adiós!

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