jueves, septiembre 13, 2012

Pero ¿esto?



En un mundo en el que buscar buenas noticias parece una batalla perdida ¿quién desenfunda las armas? Acumulamos testimonios y miradas de desolación. La inversión en saber ha resultado tan absurda para muchos que pierden el horizonte. Caminan cual zombies en esta realidad de vergüenzas aireadas y miedos camuflados. Nadie dijo que fuera fácil vivir. Ningún papel de este folletín aseguraba estabilidad ni buenos alimentos. Pero ¿esto? Buceamos entre el fango para encontrar un futuro digno. Por mucho que la dignidad se haya atrincherado o escondido en un paraíso fiscal. La pérdida de ilusión, vocación, sueños crea ejércitos de incomprendidos y vacíos de contenido. Aparece la culpa y la tristeza. Lógica respuesta frente a los abusos de poder, del mercadeo laboral, de la broma que no es tal. Hablar de futuro es contar un cuento de final desdibujado. Esto no es Hollywood ni mucho menos Disney. Lágrimas de impotencia contrastan con los despiadados, los trincones, los imposibles, los falsos moralistas. La tontería viene a ocupar un espacio impropio, natural de los hechos importantes, decididamente silenciados. No interesa que se aireen tantas verdades que clavan puñales. Tantos cheques que vuelan y no precisamente en low cost. Las desigualdades salen de paseo con actitud esquiva. Interesa una sociedad de contrastes. Compadecer al desvalido para reírse de él por detrás. Hoy más que nunca la pregunta ¿qué he hecho yo para merecer esto? cobra sentido. Ni Almodóvar hubiera escrito un guión tan surrealista y despiadado. La película no ha hecho nada más que empezar. Seguiremos informando.     

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