viernes, octubre 24, 2014

Me roban el corazón



Seré frívolo, nostálgico, insensible o absurdo. Pero estos días la noticia que más me ha inquietado ha sido el adiós a los Kojak de sabores, las piruletas de corazón y los Fresquitos, productos más que dulces de la marca Fiesta S.A. Y es que han sido cómplices de mi infancia y más allá, porque nunca me he resistido a terminar con la lengua coloreada. Muchos recuerdos van asociados a estos productos de palo de papel. Me encantaba morderlo con ahínco y deshacerlo, poco a poco, para después romperlo en mil pedazos. Me vienen a la cabeza días de cole. De esos que salía con prisas y tenía las monedas recontadas para comprar ese capricho de caramelo. O tardes de vacaciones, sin más obligación que matar el tiempo con burbujas de chicle. Y cómo no, la mezcla picante y refrescante a la vez del pica-pica, con ese dedo inquieto que apuraba cada esquina del envoltorio. Siempre me pudo la ansiedad con los Kojak. Devoraba los de sabor Coca-Cola, la chispa de mi vida. Quería apurar el caramelo al máximo para después disfrutar del chicle explosivo, pero me era imposible. Acababa mordiendo el círculo sabroso y elaborando un chicle a base de tropezones genuinos. Es curioso cómo nuestra vida está marcada porque pequeños grandes detalles como estos. Cómo nuestra memoria asocia una marca, un objeto, una frase a nuestra verdadera esencia. No quiero que me arrebaten esta fiesta sin bolas de discoteca ni guirnaldas multicolor. Las nuevas generaciones se merecen festejar con unas 'gominolas' auténticas, diferentes, divertidas, a la vez que clásicas. Que alguien rescate a nuestros amigos y nos permita volver a ser niños una y otra vez. Querida Raffaella reivindica esta Fiesta, tan fantástica que seguro volverá a ser rentable.

Última hora. Leo que desmienten la noticia y mi alegría es enorme. Continúa la producción y no habrá despidos. Por supuesto, pienso celebrarlo. Atracón de Kojak, Fresquitos y piruletas de corazón... ¿Alguien quiere?

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