lunes, noviembre 03, 2014

La celda folclórica



A estas horas puede que Isabel Pantoja esté ensayando el nuevo estribillo de su popular tema. Y es que sólo un último recurso de súplica separa a la tonadillera de la cárcel. Fiscalía y Audiencia Provincial de Málaga se oponen a que quede en libertad condicional, lo que desata el drama folclórico. De nada sirvió la petición in extremis de 'dineros' de su sobrina a los ricos de la tele, esta vez sin el socorro a una María del Monte (hasta la peineta). De poco ayudaron los lamentos en concierto de la cantante, ni las negociaciones para deshacerse de parte de su patrimonio. Es lo que tiene el equivocarse de color. Optó por el blanqueo, cuando los colores vivos siempre sacaron más a sus rasgos sureños. Fuera bromas, casos como el suyo demuestran dos cosas. Punto uno: - Hay que enamorarse con precauciones, pues tu fuente de deseo puede convertirse en tu peor pesadilla. Punto dos: - Controlemos la necesidad de avaricia, el ansía por defraudar, pues no lleva a nada bueno. Para todo se necesita buenos consejeros y mucho me temo en la familia de la susodicha andan escasos. Más bien se rodean de palmeros, entregados a la alabanza absurda y con cero capacidad de crítica. De ahí el recorrido de Paquirrines, Chabelitas y demás fauna surrealista. Estercolero de la realidad, que se retroalimentan para el estupor ciudadano medio. Cualquiera diría que una artista histórica sea incapaz de llevar una vida medianamente digna. Lo suyo ha sido una sucesión de amarillismos exaltados, de titulares previopago, de álbumes que daban mucho más que el cante. Ni el mejor guionista hubiera acertado en el cúmulo insólito de episodios de días de colorín y bata de cola. IP no supo depilarse los bellos innecesarios, se enzarzó en historias y altanerías ridículas. ¿Resultado? Un presunto final infeliz. Quién sabe si germen de una teleserie de la factoría 'toma Moreno'. Ahí va la sinopsis: Coplera entra en prisión, crea un grupo de flamenco con sus compañeras, se va de gira por cárceles de provincias y se enamora. Su archienemiga entre barrotes descubre un lío de bolsas (para tirar la basura presidiaria) y decide jurar venganza. Éxito de audiencia, seguro. Con debate posterior de momias recicladas del fantoche couché. Pase lo que pase, aprendamos la lección. Queramos sin un single mal escrito, ni ambición infinita. Siempre nos quedarán los dientes (dientes). 

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