¿Qué es el éxito? De primeras, una palabra escrita con
letras de neón, que atrae sin remedio. En la base, el aprendizaje erróneo, ese
que nos impone el triunfo como validación personal. En realidad, una idea de,
porque hay tantos como personas. Cada cual debe considerar qué marca su
satisfacción y la meta que suponga su gloria. Socialmente sufrimos un modelo
rancio y del todo equivocado, que aplaude los fastos y se ríe de los gastos. Cánones
de poderío, con una necesidad de exhibicionismo galopante. Como si la codiciada
felicidad fuera directamente proporcional a su escaparate. De ahí que la
envidia sea una emoción básica y flexible, pues se adapta a diferentes casos
y/o personas, con una facilidad pasmosa. Lo triste es que no se extiende el
análisis crítico, el pensar que semejantes máximos pueden ser mínimos al
tratarse de ti. Nunca llueve a gusto de todos, aunque todos encuentren un
supuesto gusto en la lluvia de bienes.
Es triste que, hoy en día, los más
pequeños anhelen modelos de vida que aúpan desde los medios. Futbolistas,
cantantes, concursantes de reality son el reflejo aspiracional de quienes se
han criado escuchando los logros opulentos o los curriculums extensos de estos protagonistas
en bucle. No siempre con esfuerzo, sino todo lo contrario. Así, crean necesidades
y fanatismos vacíos de contenido, porque es lo que vende. Bueno, también lo
hacen las miserias, esas que muchos explotan con un cinismo apabullante. Aunque
intentan dar la vuelta a la realidad y retomar la cuadratura de su círculo ruin.
Sí, estoy harto. Recurro a mi pataleta de palabras y no oculto mi incredulidad.
No necesito dar nombres ni apellidos, aunque estoy seguro que no soy el único.
Cualquiera que se pare, vea y escuche acabará desmontando todo este ridículo
entramado. Ojalá todos fuéramos solidarios de verdad, no por desgravar o
aparecer en la foto de turno. Cómplices en las miradas, cercanos y entrañables,
sin esperar nada a cambio. Dando a los valores su valor y reservando a los
sentimientos su altar. Considerando lo humano que nos define y no lo material
que tanto se exhibe. Lo aplaudiré como un verdadero éxito y lo contaré como tan
bien me enseñaron.
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