lunes, agosto 13, 2018

Mi princesa guerrera



La vida te pone en el camino de personas que te dan mucho sin pedir nada. Ella es así. Generosa y única, un ejemplo de buena amiga y compañera entregada. Compartimos muchos momentos que no merecen ser escritos, pero siempre sabremos valorar lo positivo y es que el tiempo nos hizo querernos y entendernos. Siempre cabal, con la palabra precisa y el consejo más sensato. Admiro su capacidad de reinvención y superación, sin perder la sonrisa por mucho que la realidad haya querido torpedearla. Saca una fuerza infinita y demuestra que no pierde su esencia, pase lo que pase. Es un gran ejemplo, pero nunca quiso serlo. Porque jamás necesitó titulares ni primeros planos, ella se conforma con ser y estar. Eso la engrandece porque sabe relativizar todo y hasta tomarse a broma ridiculeces supinas.

Es auténtica por naturaleza, eso viene de familia. No necesita filtros ni postureos. Quererla es fácil, porque su mirada tranquiliza y te da la paz que esconde su nombre. Hoy es su cumpleaños, pero no necesito motivos para reconocer y transmitir mi agradecimiento. Querida, has sabido entender mis miedos, siempre cómplice y cariñosa. Saltamos del mostrador a los días, con aliadas perfectas de caminos y brindis sin excusas. Somos así y así nos apoyamos. Habrá kilómetros de distancia, aunque la emocional es cero cuando nos vemos y el tiempo se evapora. Contigo quiero escribir capítulos enteros y reír por tonterías que nadie entendería. ¡No nos importa! Lo importante es ese vínculo que cual hilo invisible nos ata felizmente.

¡Te Quiero, Irena!

No hay comentarios: