jueves, enero 01, 2009

Doce meses, CientoCincuenta contextos

El contexto, en todas sus extensiones, reinterpretado, ansiado, soñado, reido, vivido, sufrido, criticado, ninguneado, temido, desvalido... Así puede resumirse en expansión todo un año de reencuentro vía blog. Fue un reto, un salto al vacío necesario aunque doloroso, por lo que suponía y trascendía el hecho en sí del volver. El balance siempre es una suma. Porque la vida en sí lo es. Y aquí, con más o menos profusión, he podido hacer un repaso de la propia. Con sus momentos, bajones, emo-tividades, surrealismos, ausencias o soledades mal entendidas o peor latidas. Pero lo importante es seguir contando, con quienes leen, con quienes comentan, con los que quieren, con quienes pasan sin hacer ruido pero están, con quienes niegan... Todos somos más.

Pido perdón por mi lenguaje ininteligible, por mis circunloquios, por mis absurdeces hechas palabras, por las ensoñaciones aquí plasmadas... Aunque defiendo el 'no me he inventado yo'. Sólo apelo al futuro, a la cercanía de lo sigue, a la estancia sin corturas y a los buenos deseos de ida y vuelta. Las gracias no pueden materializarse, porque cada cual o cuala sabe de mi gratitud. Así que sólo me queda esperar sin desespero a contar más allá de 150.

Y en este inicio de Año Nueve, volver a gritar los mejores deseos. Los míos son tres: salud para mis queridos, estabilidad laborable y latido de corazón estable. Quién sabe si puedo contextualizar aquí que el pedir pasa de ficción a realidad. Que así sea... 2009 besos.

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