lunes, septiembre 05, 2011

Cúmulo

El tránsito se vuelve caprichoso. De la nada al todo. El vacío pierde su definición, entre tanta actividad. Sólo así entiendo el existir, como la suma de momentos y no el lastre de lamentos. Sonrío, halago. No actúo, sólo paseo mi modo más social. Look negro, efecto kilos fuera. Miro la calle pasar y los rostros reflejan pesadumbre. Los hilos de vida deshumanizan a cada paso. Pero no me resigno. Contemplo un desfile tendencioso, de modelos mujeres anónimas. Triunfan las rubias cuarentonas de patrón calcado. Pudor cero, estiramientos todos. Descontexto. El reloj me llama, siguiente parada: una de cortos. El talento no entiende de gusto. Lo audiovisual fluctúa demasiado. Y mi día expira. Sueños de grandeza inútiles, el insomnio machaca. Mientras el madrugón no perdona. En la cercanía del trasplante de riñón entiendo que hay regalos sin ticket. La gratitud se dibuja en rostros de semejantes que han pasado por un trance complicado. Los más jóvenes rehúyen su consejo, dona la vida. ¿Quién quiere pensar en la muerte? Ellos tampoco la verbalizaban, pero la realidad superó sus expectativas. Me peleó con las máquinas ingratas, pero aspiro a hacer bien con las imágenes. Sus palabras bastan.

Sumo efectivos. Un par de locos emocionados. Arrastramos el corazón hasta la versión original de Begginers. Donde la biografía del amor supera los condicionantes sociales. Por mucho que nosotros seamos los enemigos de cada latido. Vivir para contarlo, en color. Sin miedo. Grata visión. Más. Masa en río. Una pila de nocturnos encantados de copear en el asfalto. Embebido de limón consumo la noche. Dejo a los otros que agoten sus ganas de espontaneidad etílica. La cama perdona los excesos, pero los huesos se agarrotan libremente. Calendario dominical. Cita en familia. Versión extendida. Qué oportuno es trabajar cuando vencen los recuerdos, los brotes sinceros, los análisis en báscula y los grados (de alcohol). Ingerido mi solomillo al queso abandono el encuentro. Obligación guerrera manda. Viajo en el tiempo, destino Los Corrales de Buelna. Están en guerra y más vale armarse de valor y lo que no es tal. Romanos y cántabros exhiben sus dotes. Cuánta unión por causas y desunión por otras. Inexplicable realidad. Siento mis argumentos y más gresca con el aparataje. Final infeliz a las mil y poco. Hasta aquí puedo escribir. Hoy...

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