miércoles, febrero 20, 2008

Soledad, a secas



Con toda la dureza y crudeza que envuelve esa palabra. Que por muy abstracta todos podemos contextualizar en el terreno de la realidad injusta, indeseada e indebida. Pero cuando la soledad te atrapa es tarde para escapar y más vale asumir la situación con un duelo interno. Sólo entonces podrá girar el sentido del solitario, cuando desde su aceptación -en todos los casos, voluntarios o no- ponga los medios necesarios para abandonar la soledad o enclaustrarse en su dimensión etérea.
Hoy me doté de una soledad con sentido, para sobrellevar mejor la asqueante y dolorosa. La que te posee sin previo aviso y que ni entiende de mendicidades ajenas ni actos de bondad impostada. Por eso el anclaje, el hundimiento incontrolado merece de un punto de fuga, más propio de giro, que propicie el salto a la superficie real. Por muy individualizada y deshumanizada que ésta sea. Mi opción fue el callejeo musicializado, el paseo cuasideportivo y un cine de pequeñas palabras y grandes gestos. Mi elección fue 'Asuntos privados en lugares públicos', una degustable producción francesa que transita por estos caminos de soledades heterogéneas pero soledades al fin y al cabo. Unos personajes sentidos luchan a gritos silenciosos por abandonar sus estadios catatónicos de quietud personal. Lo harán con movimientos de fichas lentos y cuestionables, aunque la justificación se sostiene en la necesidad intrínseca de decir adiós a su angustia. Tratan de superar su anclaje emocional pero sin necesidad de espectacularizar sus deseos más íntimos. El resultado final es una revisión del costumbrismo emotivo, de corazones solitarios que rutinizados reclaman un pálpito, una pasión de reenganche a la vida.
Sentado en la butaca quería mover los hilos para que las causalidades fueran casualidades y que el ritmo de los personajes no se atemperara más, sino que evolucionara sin freno. Era como asistir a una ceremonia de lo personal inserto en unos seres desconocidos que cumplen parámetros de tu vida que tú mismo detestas y deseas dejar atrás. Pero la utopía no estaba guionizada y la fantasía se quedó en una mera puesta en escena de fantasmas propios sin cazador. Y la frustración se cristaliza y el malestar no pasa por el colador de los sentimientos. Todo para que la rueda agrande la bola y se precipite al vacío. Y de ahí a quedarse vacío hay un paso. O dos.

3 comentarios:

SemiSueca con frío dijo...

Te intentaré animar con un par de frases que me contaron hace un tiempo y que creo que se pueden aplicar mucho a ti:

Cada vez que te sientas sólo, recuerda.

Cuando te sientas sólo, cuando necesites hablar, no olvides nunca que alguien te va a escuchar.

La soledad es el maestro que con el tiempo te enseña lo que fuiste, eres y serás.

La soledad es el único lugar donde puedes encontrarte a tí mismo.

Un beso en compañia ;)

Anónimo dijo...

lo triste es sentirse sola cuando estas rodeada de gente, pero creo que hasta los malos momentos son superables, y soy de las que pienso que por mucho que digan que se ance o se muere solo, nunca se vive solo, siempre hay una mano amiga.besos.copo

Anónimo dijo...

Nene tu vales mucho,y por eso precisamente nunca estarás solo.