martes, febrero 26, 2008

Soy un planeta



Quizá fuese la excesividad incontrolada de la guionista y ex-streaper Diablo Cody o las semicríticas fundadas las que me desplazaron hasta el cine. El objetivo: Juno. Y el balance, sobresaliente. Qué gran crítica social. Cómo se puede ser incisivo con sensibilidad. Aún podemos creer que otro cine es posible, ése que juega con la realidad más cruda y balancea entre genialidades hechas frases demoledoras. Aplausos sin fin para la protagonista, Ellen Page, que construye un personaje más que rico, en el que la impulsividad le confiere una personalidad especial. Total, todo un planeta más allá de tripas a destiempo, porque es más lógico enamorarse de primeras que reproducirse... Sin palabras, sin risas enlatadas... De Óscar, por mucho que el domingo no obtuviera los réditos merecidos. Pero el plantel era de lujo y hacerse un hueco siempre resulta meritorio. Suficiente será con llegar al corazón de espectadores necesitados de historias que transportan a mundos ajenos pero sin ñoñerías ni edulcorantes impostados. ¿Qué más se puede decir?
Diré más. Fue la tristeza la que me condujo a la sala. Cuando la circunstancia te lleva a vivir en tiempos revueltos, hay que sacar la cabeza y dejarse empapar por una lluvia oxigenante. Mis huellas húmedas eran cómplices de la amargura interna que me acompaña del brazo y que no consume palomitas ni refresco hipercalórico. Y cuando uno se malacostumbra a verse en conjunción la vida a lo simple, sin feedback, pasa a ser agónica. Pero uno tiene que asumirse y saber que las vacas flacas son material sensible y digno de la mochila de los sentimientos contrapuestos. Quizá nunca hubiera escrito un guión así para este protagonista, cansado de todo y sin un rumbo definido. Ni la incertidumbre consuela. La misma que aún conservan esos octogenarios que ahora campan a sus anchas hasta en los bancos de los centros comerciales. Han cambiado las obras por las bolsas de ida y vuelta. Ellos sí son un ejemplo, pero ni por esas acabo de empaparme de las lecciones de vida que se depositan ante mis ojos. Quizá sea la injuscia propia, el sentimiento de incompresión personal y la falta de luces. Autoevaluarse siempre resulta complejo, más en tiempos de lágrimas en soledad, sin paños cercanos. Los planetas son (somos) así.

1 comentario:

SemiSueca con frío dijo...

Sabía que te iba a gustar. Espero que te anime un poco. Yo el día completo, de limpieza a tope. A ver si me da tiempo a retomar historias...

Besos siameses en la distancia ;)