lunes, enero 21, 2008

La guia cansa



El tiempo es veloz. Las páginas del calendario vuelan como el viento. Sin rencor. Por eso no hay que dejar que el ritmo de los días te atropelle y uno se quede en su sofá mientras mira la vida pasar (Fangoria, dixit). Así que estos días me propuse estar lo menos en las cuatro paredes que cincelan mi rutina y darme a las calles. Ayudó el papel de anfitrión con P, una amiga que hacía siglos no veía face to face. Y con ella comprobé que da gusto cómo con ciertas gentes la química es del todo atemporal. Porque el común es que las relaciones y el trato se congelen y nada vuelva a su ser con personas con antigüedad. Con P eso nunca sucede porque tiene una vida en sí misma, una capacidad parlanchina, una mirada especial... Me identifico mucho con ella, siempre hemos cuadrado a la perfecto.
Elevados al cuadrado nos dispusimos a tomar Santander con paradas en todo tipo de comercios, pero depositando nuestro interés en la genuina Pepita Pulgarcita, del todo ella, por mucho que saliéramos con las manos vacías. Más tarde nos dimos al engorde en un italiano que nos cebó con menú de bajo coste. Así que el propósito de enmienda nos atrapó y decidimos caminar sin fin hacia El Sardinero. Da gusto poder reencontrarse con tu propia ciudad, sus paisajes de postal, sus ruinas y sus magnificencias, sus aguas oníricas... Aunque constaté que soy un pésimo guía, que desconozco la historia contable con sus dimensiones de interés, que las leyendas se perdieron en mi memoria... Vaya, nunca me dejaría encaminar por alguien cual yo. Pero P me sufrió sin rechistar y yo agradecido. Y emocionado. No podía decir más que gracias por venir...
El tiempó pasó y dio pie a una minicumbre universitaria con el encuentro de Leti y Albina. Con ellas, entre granizados, gominolas varias y vueltas sin rumbo trenzamos un repaso a nuestras vidas que ni Hormigas Blancas. Ahí es cuando las confidencias, las risas sin enlatar, las bromas internas, el critiqueo de lo ajeno, la búsqueda en la memoria selectiva... Todo cobra sentido. Pero, una vez más el tiempo y sus prisas nos recordó que la cumbre llegaba a su fin y los ponentes debían retornar a sus espacios propios. Entonces Alba y yo nos acoplamos hasta hacernos visibles en la jaula de oro de Copito, que sufrida como pocas se prestó a un desfile previo a su salida desenfrenada. Ahí nosotros nos retiramos porque jugamos en otra liga. Y cada uno pues liga como buenamente puede. O le dejan. La noche se cerró entre pasos miles hasta mi cama vacía. Y con ella, el fin.
Como odio los domingos más me vale por mi mismidad buscar una distracción con mayúsculas que se salga de la lectura de la prensa y el buceo en la red. Mi rutina. Así que hace ya unos días me programé para ver en teatro El método Grönholm. Mi prima y su chico se unieron al plan y juntos en triada procultura nos plantamos en Torrelavega, la ciudad de la contaminación y las tiendas de zapatos. Antes de ver las tablas nos tomamos un algo pero descontextualizados porque caímos en un bar de futboleros testosteronizados y con el umbral de la educación por los suelos. Allí hasta vimos a hombres fantasma, mascullando soledades ganadas a pulso. Pero ésa es otra historia y no me pertenece.
Y llegó el teatro y con él una obra intensa, pensada para pensar más que para entretener por entretener. Un error ir con ideas preconcebidas por la película porque nada ni nadie es lo que parece o lo que se espera de él. Merece la pena dejarse atrapar por un texto cimentado en cuatro artistas hechas personajes que nos trasladan la dureza de un submundo, el laboral, que a veces juega con sentimientos, ilusiones, planes... Sobresaliente para el elenco (María Pujalte, Jorge Bosch, Jorge Roelas, Eleazar Ortiz) que juegan un partido de dobles sin desperdicio y con más altos que bajos. Un suerte que haya posibilidad de ver una historia así, por sólo diez euros y sin columnas antivisibilidad. Genial. Y de vuelta a casa a seguir interpretando el papel de nuestra vida, en la que no faltan los trepas, los falsamonea, los ingenuos, los engañados... El pan nuestro de cada día, que nos alimenta. ¡Buen arranque de semana!

LA FAMILIA CRECE.
Afortunados seremos los lectores de tres nuevas miembras de la dimensión blogera. An y sus historietas de autobús que tanto nos darán que pensar, con la fuerza literaria de esta santoñesa que llegará donde se proponga... La SemiSueca que no duda que el frío no derrite y menos su personalidad, única. Un placer que se sume a esta familia de la tecla. Con sus vivencias, saberes becados o no, sus visiones con sentido del humor, hallazgos en celuide. Dará que hablar. Y qué decir de mi Neraka, que ha sucumbido a mis plegarias y arranca vida nueva con blog ídem. Aportará su propia frescura, sus historias para sí reír, sus freakismos necesarios y comprensibles... El mundo blog atrapa. Y bienatrapados los que se dejen atrapar por los tecleos en red. ¡Suerte!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajaja, te pasas!
ves, ya me has descolocao, yo que iba a hacerte una crítica... mmm,vale, no estoy puesta yo hoy en palabras (con lo de la ciudad de los zapatos se me ha escapado una sonrisa), son las ocho de la mañana y las matemáticas me esperan...
nos veremos prontín
"un enjambre de besos volando sin tregua"
(encima no es mío, se lo robé a una chica q me inspiró mucho, será la magia de los desconocidos, no sé..)

Anónimo dijo...

Menuda publicidad de blog que me has hecho... ¡impagable! Además los elogios viniendo de ti llegan al corazón, ante eso me dejas sin palabras, sólo se me ocurre gracias, gracias y gracias.

Me alegro de que la fiebre bloggera se extiende, haber si tenemos suerte y constancia!

Besos mil