jueves, enero 17, 2008

Marcianos en el paraíso

Pisar el contexto equivocado o el desconocido puede ser o un rotundo error o, todo lo contrario, el acierto inesperado. Hoy tuve esa suerte cuando entre paseos con una Miss auténtica y con banda -no de las de todo a una euro y pechera, sino musical- dirigí mis pasos a un centro de esa edad de oro, que es la tercera e ilimitada. Como en un palacio propio los mayores tienen todo lo que necesitan para que sus vacíos se llenen de una vida que degustan afanados. Se les ve felices en grupos mixtos, superadas las barreras del sexismo que tanto habrá marcado sus biografías. Algunos hablaban, otros leían, otros jugaban a las cartas, al billar o al noble coqueteo con ojos de adolescentes resabiados -ellas con maquillaje de más, ellos extra perfumados-. Un espectáculo auténtico el visionado de sus tiempos de ocio con sentido, en grupos, de forma tan tribal -y nada tribial-. Algunos muy suyos, del todo cerrados y con inquina hacia los enemigos. Otros más amistosos y buenrrollistas, con capacidad de un aperturismo tan poco común en estos días de cerrazones a cal y canto.
Al entrar me sentí más observado que nunca en mi vida, claro que al compararla con las suyas quizá no he tenido tantas oportunidades de exposición masiva. Así es como dije, cuidado amigo eres un marciano y esta masa ingente de hombres y mujeres encanados sienten peligrar su territorio. Pero para su bien no se encontraron con un predicador de la Cienciología ni con un vendedor de seguros de vida, con la guasa de ello. Pero sus miradas desconfiadas demostraban que aquél lugar les pertenecía y que miembros extraños y sin previo-anuncio no eran gratos en el ambiente. Menos mal que la visita fue efímera, pero valió para que mi inconsciente se planteara qué será de mí en la senectud. Y pensé que la revolución estaría más instalada y que ni a la vejera se habrá bajado este ritmo infame que nos persigue y nos demanda más y más.
Los allí presentes no parecían achacados, pero sus dolencias crónicas ya tendrían. Y yo me niego. Llevo mal el dolor y no soportaría hacer la ruta de la recetas. Claro que plantearse estas cosas siendo un joven casi por estrenar, en todos los sentidos, aunque subraye el casi... Pues es injusto y absurdo, ciertamente. Porque los juegos de hipótesis, visiones futuristas y demás no conducen a nada, sólo a rellenar ilusioriamente fantasías propias. Más vale jugar a las realidades, reinventarlas o explotarlas para construir nuestro yo desde los cimientos. Y estos mayores han hecho de la recalificación su arma, con resultados muy cuquis.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

amore!!!!! me distraigo unas horas de este día marcado por un pis-fuente, los siete biberones de turno y la primera risa en respuesta a mis incansables "cu-cu tas", y me encuentro con dos entradas de los más profundas... si es que vales el peso de la bolado elevado al cubo en oro!!!! cada día estoy más convencida de que tu principe está a la vuelta de la esquina, lo único que pasa es que durante un tiempo has estado caminando en círculos en los que los ángulos brillaban por la ausencia de vértices. ahora sólo tienes que ir todo recto y torcer en la segunda estrella a la derecha. sigue el camino de baldosas amarillas y no busques. el amor te encontrará a tí

ESE dijo...

PRINCESA entre pañales y biberones, quién nos lo iba a decir... El tiempo no nos abandona más bien nos pisotea... En cuanto a mi peso, como siga así Bolado y yo compartiremos báscula, pero gracias porque valoro mucho que vengan de ti las críticas, éstas positivas. Ojalá que sea cierto ese esquema que planteas, sólo falta que el príncipe no se despiste o caiga en tentaciones inmundas... Hay días que le echo de menos en su dimensión colorista y otros en que masco mi soledad y chimpún. Besos al viento. Os quiero princesas duadas.

Anónimo dijo...

Princesa ¿para cuándo un blog? Ya te vale...

Ese ya veo que te descubrí un nuevo contexto..¿Qué momentazo vivimos!

Feliz finde

Miss Underground dijo...

ya he visto el blog qué güevona soy mola mucho....